Aplazan el estreno de James Bond a noviembre por el coronavirus
La película, que se iba a estrenar el próximo mes de abril, tendrá que esperar hasta noviembre para estar en los cines según han informado sus productores.
Malas noticias para los mayores seguidores de una de las sagas más seguidas de la historia del cine norteamericano. El estreno de la última película de James Bond tendrá que esperar tal y como han informado en las últimas horas sus productores. La medida de aplazar el lanzamiento de la película, prevista para abril, hasta noviembre no tiene otro protagonista que el coronavirus.
En un comunicado lanzado este miércoles, los productores explicaron que "después de una minuciosa consideración y una evaluación del mercado teatral global, se pospone hasta noviembre de 2020 el estreno de No Time to die". La película era una de las más esperadas de la cartelera prevista para este año y, desafortunadamente, los fans tendrán que esperar nada menos que hasta finales de año.
Su estreno estaba previsto para el 2 de abril
El 2 de abril fue la fecha elegida en un principio por la dirección de la película para lanzar la nueva entrega de James Bond que contará con la participación de un estelar Rami Malek, gran triunfador del año pasado después de protagonizar la película Bohemian Rapsody, interpretando la vida del difunto Freddy Mercury. Con él, estará un infalible Daniel Craig que abandonará la saga tras esta película.
Aunque el coronavirus es la principal causa por la que se ha decidido retrasar el estreno de la película, lo cierto es que también podría encontrarse entre los motivos la caída en la evolución de los ingresos que ha tenido la saga en los últimos tiempos. 31.000 millones fue la cifra que obtuvieron en 2019, y según The Hollywood Reporter, el coronavirus podría hacer que caigan en hasta 5.000 millones.
La caída de la recaudación y el coronavirus van de la mano puesto que estas nuevas cifras se explican tras el cierre de muchas salas de cine en China, principal país afectado por el virus. El continente asiático es el segundo mercado de películas más grande del mundo y, en él, más de 70.000 salas se han visto obligadas a cerrar.