BOXEO

Tyson Fury publica una vieja foto suya con más de 180 kilos: "Todo es posible"

El británico ha mandado un mensaje de motivación en Instagram al compartir una imagen de su insólito aspecto durante su etapa más oscura del pasado.

Tyson Fury publica una vieja foto suya con más de 180 kilos: "Todo es posible"

Tyson Fury es toda una estrella mundial del boxeo y, a día de hoy, invicto campeón lineal de peso pesado, con una trayectoria profesional en el ring y un grado de celebridad con los que muchos tan solo pueden soñar. Sin embargo, la vida y la carrera del británico han estado llenas de altibajos, y la envidiable posición en la que se encuentra en la actualidad es el resultado de mucho trabajo y de no haberse dado nunca por vencido.

Así lo ha querido recordar el púgil en Instagram, donde ha compartido una publicación que ha causado gran impacto en sus más de 2 millones y medio de seguidores. Se trata de una imagen inédita en la que aparece el propio Gypsy King hace unos años, con una apariencia física completamente alejada del musculoso cuerpo que ostenta en la actualidad. En aquel momento, tal y como él ha especificado, pesaba más de 400 libras (más de 180 kilos).

Pese a que la imagen es algo borrosa, en ella se puede ver claramente al boxeador, que tiene los puños levantados y mira sonriendo hacia la cámara, con un importante sobrepeso. Fury ha completado el post con un mensaje inspirador en el que reflexiona sobre la capacidad de conseguir superar las barreras vitales: "Cuando alguien te diga que no puedes hacer algo, mira esto y recuerda que todo es posible. Este soy yo con más de 400 libras". La publicación ha triunfado enseguida en la red y cosecha ya más de 270.000 'likes'.

Aunque es la primera vez que sale a la luz esta instantánea en particular, el británico se ha referido en más de una ocasión a la época en la que se vio obligado a retirarse del ring (sucedió en 2016) debido a una fuerte depresión y a sus adicciones al alcohol y las drogas. Entonces, el boxeador acabó deteriorando mucho su salud por culpa también de su tendencia a comer y beber de forma compulsiva (llegó a reconocer que era capaz de consumir más de cien pintas de cerveza a la semana).

Fury también ha confesado que llegó a pensar en el suicidio durante aquella etapa, y hace solo unos meses recordaba aquel pasado infierno para The Sunday Times Magazine: "No me importaba si vivía o moría. Nada me importaba". El boxeador también añadió que, de no haber vuelto a coger las riendas de su vida, ahora estaría "pudriéndome en una caja en algún lado, muerto. Habría sufrido un ataque al corazón". Y es que su estado era tal que, como él mismo detalló, "no podía atarme los cordones de los zapatos sin quedarme sin aliento".

Pero finalmente, Fury consiguió salir a flote: se desintoxicó, empezó a entrenarse, perdió 60 kilos y volvió a la primera línea de los combates en diciembre del 2018 enfrentándose a Deontay Wilder en Las Vegas (con el que volverá a verse las caras en febrero), más de dos años después de haber peleado por última vez. Y su post demuestra que no ha olvidado el esfuerzo titánico que le conllevó volver a convertirse en el Gypsy King.