El legendario luchador Ken Shamrock confiesa que fue apuñalado a los diez años
El estadounidense, considerado uno de los mayores iconos de las artes marciales mixtas, ha hablado de sus complicados y violentos orígenes.
Son muchas las grandes estrellas del mundo del deporte que tuvieron infancias difíciles y pese a ello, lograron desarrollar carreras profesionales brillantes y alcanzar la gloria en sus respectivas disciplinas. Y Ken Shamrock, uno de los nombres de mayor peso en la historia de la UFC (Ultimate Fighting Championship) y la WWC (World Wrestling Federation), se encuentra entre ellos.
El estadounidense, que durante la década de los 90, en la cima de su carrera, llegó a ser conocido como ''el hombre más peligroso del mundo' no lo tuvo precisamente fácil durante su infancia, sobre la cual ha revelado algunos detalles escalofriantes en el podcast norteamericano 'A Fighter's Legacy', una serie documental audiofónica centrada en las figuras más legendarias de las artes marciales mixtas.
En su charla con los anfitriones del programa, Shamrock se explayó sobre sus primeros años de vida, marcados por las penurias, en un hogar monoparental de un barrio marginal del estado de Georgia. El deportista contó que por entonces poseía un temperamento "indomable" y estaba habituado a luchar" en las calles para sobrevivir en un entorno bastante despiadado. Y muestra de todo ello es el episodio que vivió cuando tenía solo diez años de edad, y como consecuencia de atracar varios establecimientos comerciales.
"Estuve huyendo, no sé, durante tres o cuatro meses, viviendo en un coche", rememoró Shamrock, "robé en cinco o seis tiendas diferentes. Robos a mano armada, que era por lo que estaba siendo buscado". La contextualización de los hechos ya resulta de por sí bastante impactante, pero lo que narró el luchador a continuación es todavía más crudo: "Cuando finalmente me cogieron, fui apuñalado detrás de un 7-11" (cadena multinacional de tiendas de Estados Unidos).
Shamrock concluyó su historia contando que, posteriormente al ataque, se despertó en un hospital "esposado a una cama". Y la dura época de crianza del estadounidense no acabó aquí, pues poco después de esta experiencia fue enviado a un centro para menores, en el que pasó seis meses, y después a un hogar de acogida. Más tarde sería adoptado por el hombre que le proporcionó su apellido, Shamrock, y empezaría a forjar su leyenda en la lucha libre profesional. Un ámbito, por cierto, que a sus 55 años de edad, todavía no ha abandonado.