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Emilia Clarke recuerda las presiones en 'Juego de Tronos' para salir desnuda

La actriz ha confesado que tuvo peleas y que recibió comentarios de poco gusto para rodar sus escenas sin que siquiera la tapase una sábana.

Emilia Clarke recuerda las presiones en 'Juego de Tronos' para salir desnuda

'Juego de Tronos' terminó este año tras ocho exitosas temporadas pero poco a poco salen diferentes polémicas como las acusaciones por el famoso vaso de Starbucks que se coló en la serie o los múltiples desnudos de Emilia Clarke durante las primeras temporadas, unas escenas en las que la actriz no estaba para nada cómoda. Así lo ha asegurado en una entrevista para Dax Shepard en el programa de podcast 'Armchair Expert'.

"Tuve varias discusiones. Por ejemplo, les decía que la sábana no me cubría todo el cuerpo y ellos contestaban: 'No querrás decepcionar a tus seguidores de 'Juego de Tronos", recordó. Y es que cuando comenzó a rodar esta ficción tenía tan solo 22 años y estaba comenzando a hacerse un nombre en la industria. "Ahora soy más sabia y sé con qué cosas me siento más cómoda", ha contado ahora que ya ha participado en grandes producciones como 'Antes de ti', 'Voces ocultas', 'Han Solo: una historia de Star Wars' o 'Last Christmas', la que está promocionando actualmente.

En los primeros episodios de 'Juego de Tronos', Daenerys Targaryen, el personaje que interpreta Clarke, aparece en continuas ocasiones sin ninguna prenda. La cantidad de desnudos era "abrumadora" y le provocó tal estrés que llegó a necesitar alcohol para hacerlas más relajada. "Todo lo que necesito es vodka, una iluminación favorecedora y estoy lista", explicó en 2016 para el tabloide británico 'The Sun'.

Los desnudos no figuraban en el contrato

"Acepté el trabajo y después ellos me mandaron los guiones. Al leerlos fue como: 'Oh, aquí está la trampa", explicó antes de asegurar que decidió seguir adelante y no hablar con los responsables de la producción. "Acababa de salir de la escuela de teatro y lo asumí como un trabajo. Si estaba en el guion, entonces era claramente necesario", recuerda. "Esto es lo que hay y voy a hacer que tenga sentido. Todo va a salir genial", cuenta que se decía a sí misma antes de las escenas.

Una serie de semejantes dimensiones necesita un gran equipo detrás, y todos se agolpaban en el set cuando comenzaban a rodar. "Me sentía como que flotaba en la primera temporada. No tenía ni idea de lo que estaba haciendo. (...) No sabía qué debía hacer, desconocía qué se esperaba de mí", asegura. Y peor aún, su solución para lidiar con ello era alejarse hasta el baño para llorar: "Si algo me hacía sentir mal, me iba al baño a llorar y después volvía para hacer la escena".

La entrevista con Shepard llega meses después de que la actriz confesara haber sufrido dos aneurismas tras terminar de rodar la primera temporada y sobrepasada por el éxito. "Estaba aterrada, aterrorizada por la atención, por un negocio que apenas entendía, por hacer honor a la confianza que los creadores habían puesto en mí. Me sentí, en todos los sentidos, expuesta. En el primer episodio aparecí desnuda y a partir de ahí siempre me hice la misma pregunta: 'Haces de una mujer fuerte y, sin embargo, te quitas la ropa. ¿Por qué? ¿Cuántos hombres debo matar para demostrar mi valía?".