El actor James Franco, acusado de explotación sexual por sus alumnas
Dos mujeres han presentado una demanda contra él asegurando que las presionaba a desnudarse en audiciones bajo promesas de grandes papeles.
El actor James Franco se encuentra inmerso en una enorme polémica después de que dos de sus alumnas de una escuela de actuación hayan presentado una demanda en la Corte Superior del Condado acusándole de acoso y explotación sexual. Sarah Tither-Kaplan y Toni Gaal eran estudiantes en la sucursal de Los Ángeles de la escuela Studio 4, una empresa cofundada por Franco en 2014, donde aseguran que eran presionadas para desnudarse en las audiciones bajo promesas de papeles en películas que pocas veces conseguían.
En la demanda a la que han tenido acceso medios estadounidenses como TMZ y Variety, acusan al actor y otros instructores de "conducta inapropiada y sexualmente cargada hacia las estudiantes", habiendo creado además "un ambiente de acoso y explotación sexual". En la misma defienden además que pagaban 300 dólares al mes para participar en una escuela en la que eran sometidas a intimidación sexual y en la que recibían un trato especial aquellas mujeres dispuestas a desvestirse delante de Franco.
El premio que prometía el actor era un papel en alguna de las películas independientes que estaba produciendo o dirigiendo, y para ello las obligaba a realizar diferentes actos que vulneran algunas de las normas de la industria del cine. Afirman que fueron "presionadas rutinariamente para participar en actos sexuales simulados que iban mucho más allá de los estándares de la industria".
Incluso Sarah va más allá y pone algún ejemplo, como una escena de orgía en la que asegura que Franco habría retirado los protectores genitales de plástico de las "vaginas de las actrices mientras simulaba sexo oral con ellos", explica. Toni, por su parte, asegura que le negaron la entrada a una clase de escenas sexuales porque anteriormente había mostrado su inquietud por cómo se va a desarrollar.
La escuela fue abierta por James Franco y su socio Vince Jolivette en 2014 con sucursales en Los Ángeles y Nueva York, aunque la primera de ellas se encuentra cerrada. El objetivo por parte de Toni y Sarah es destapar y denunciar los actos que allí sufrían y que otras mujeres tengan la valentía de unirse a ellas, alzando la voz como ya hicieran muchas actrices contra Harvey Weinstein con el movimiento MeToo.