El 'control de puñetazos' del reparto de 'Fast & Furious' para equiparar sus peleas
Vin Diesel, Jason Statham y Dwayne Johnson mantienen una fuerte competitividad tras las cámaras por el puesto de 'macho alfa' de la saga.
La serie de películas que conforman 'Fast & Furious' suponen una de las franquicias más exitosas de la historia del cine de acción. Iniciada en 2001 y con previsión de acabar en 2021 con la secuela número diez (sin contar sus spin-offs y cortometrajes), el recorrido de este explosivo cóctel cinematográfico es apabullante, con la última de sus cintas, 'Fast & Furious: Hobbs & Shaw', aterrizando ayer a nuestra cartelera.
Y es muy posible que, al margen de sus adrenalínicas carreras de coches y sus deslumbrantes efectos especiales, la fórmula del éxito de la saga se encuentre en sus característicos personajes, prototipos de tipos duros siempre dispuestos a soltar puñetazos, y que están además encarnados por algunos de los actores más populares y musculados de Hollywood. Y en esta cazuela de egos es donde se ha ido bullendo la sorprendente situación de la que informaba ayer 'The Wall Street Journal'.
Y es que al parecer, las tres estrellas principales de la franquicia en la actualidad, Vin Diesel, Jason Statham y Dwayne Johnson, habrían llegado a un extremo tal en su lucha por alzarse como 'el macho alfa' de la ficción que tienen atados diferentes contratos y acuerdos en los que exigen de una forma u otra no dar menos golpetazos a sus compañeros de los que reciben.
Esta curiosa exigencia, al parecer, tuvo su origen en la séptima película de la saga, cuando Diesel propuso que se estableciera un sistema de valores numéricos para controlar cada uno de los mamporros que rigen las escenas de lucha entre los actores, garantizando así cierto equilibrio que no hiriera el orgullo de ninguno. Y aunque esta propuesta se desechó al final, cada uno de los intérpretes ha encontrado sus 'trucos', y planteado sus propios requisitos, para asegurarse de que no quedan en pantalla como los perdedores de las tundas que se meten.
El productor de los films, Michael Fottell, ha declarado que estas tensiones han llevado a tener que coreografiar al milímetro cada una de las peleas para que los tres actores se sientan satisfechos. Pero al margen de ello, Statham, por ejemplo, negoció con el estudio una cláusula en la que se fijaba muy estrictamente hasta qué punto su personaje puede ser dañado en las películas.
Y Diesel, por otro lado, cuenta con la ayuda de su hermana menor, que también ejerce funciones de producción en las cintas, para que lleve la cuenta de los puñetazos que recibe. Tampoco se queda atrás Dwayne Johnson, que se involucra en todas las fases de producción, incluido el montaje, para asegurarse que se hace justicia con las escenas de lucha.
Uno de los ejecutivos de Universal, el estudio responsable de la franquicia, ha dejado claro que "cada personaje tiene su momento, y todos son formidables oponentes". Por otro lado, la relación real entre los actores más allá de este torneo de egos ha quedado demostrado en el pasado que no es precisamente maravillosa. Hace tres años, Dwayne Johnson explotó sonadamente en Instagram contra Diesel, y también manifestó a la revista 'The Rolling Stone' que "no siempre es fácil ser el alfa". Desde luego, parece que en 'Fast & Furious' esta sentencia se lleva hasta sus últimas consecuencias.
Por otro lado, 'Fast & Furious: Hobbs & Shaw', que llegaba a nuestras salas ayer, es un spin-off de la saga, y en ella intervienen solo Dwayne Johnson y Jason Statham. Vin Diesel volverá a la carga el año que viene con la que supondrá la penúltima cinta de esta inagotablemente cañera franquicia.