LA EXPLICACIÓN

¿Qué pasa realmente cuando "te crujes" los dedos?

Aunque muchos piensan que tiene que ver con los huesos, ni es así ni se ha podido demostrar que favorezca padecer artritis

¿Qué pasa realmente cuando "te crujes" los dedos?

"Si te pones bizco te vas a quedar así", "si no te bebes el zumo se le van las vitaminas", "no te crujas los dedos o lo pagarás de mayor". Son advertencias "de madre" que han pasado al imaginario colectivo, pero que no siempre son reales.

Respecto a la última, un reciente estudio ha echado por tierra algo que parecía real:  "chascarse" los nudillos no favorece padecer artritis.

Aunque es un gesto habitual, que a veces incluso aporta algo de alivio si los dedos están muy cargados, siempre ha gozado de mala fama realizarlo. Y lo cierto es que puede generar algunos problemas, pero no influye en padecer artritis.

Explicación científica

No, cuando nos crujimos los dedos el característico sonido no es cosa de los huesos. En realidad proviene de una sustancia viscosa como es el líquido sinovial, que se encarga de favorecer la articulación de los huesos.

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Gracias a un vídeo tomado con una cámara de rayos X, se ha demostrado que lo que hacemos al "chascarnos" los nudillos no es otra cosa que provocar un repentino "vacío" en ese líquido sinovial, que provoca el sonido.

Así pues, el sonido que escuchamos al crujirnos los dedos no es propiamente de los huesos de la mano, sino de la cavidad que producimos al forzar la articulación, con la que generamos un vacío en el líquido sinovial.

¿Y la artritis?

La explicación científica no aclara si este gesto favorece el padecer artritis. Y la respuesta es clara: no.

Diversos estudios realizados desde el 2011 han demostrado que el crujirse los dedos no provoca artritis, sino que ésta está producida por lesiones, trabajos manuales continuos y movimientos repetitivos.

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El Doctor Donald Unger fue un paso más allá, crujiéndose durante 60 años los dedos de su mano derecha, pero no los de la izquierda. ¿El resultado? Pese al distinto trato, poseía la misma fuerza y la misma flexibilidad en ambas manos.

La parte negativa

Aunque se ha demostrado científicamente que crujirse los dedos no es un factor determinante a la hora de padecer artritis, lo cierto es que sí tiene sus contraindicaciones.

Las mismas investigaciones han demostrado que realizar este gesto con asiduidad provoca daño en los ligamentos de los dedos, e incluso pueden provocar una disminución en la fuerza del agarre de la mano.