NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA
1
2
3
4
5
Nick Kyrgios
5
6
5
7
4
Karen Khachanov
7
4
7
6
6

TENIS | US OPEN

Kyrgios pierde una ocasión de oro por su mala cabeza

El australiano tiró dos raquetas y dos sets antes de perder en cinco contra el ruso Khachanov, que jugará por primera vez las semifinales de un Grand Slam.

Nueva YorkActualizado a
Kyrgios pierde una ocasión de oro por su mala cabeza
MIKE SEGARREUTERS

Kyrgios nació Kyrgios y, si no cambia de verdad, morirá Kyrgios. El australiano tiró dos raquetas (sin recibir ni un aviso) y dos sets antes de perder en cinco (7-5, 4-6, 7-5, 6-7 (3) y 6-4 en 3h39) contra Karen Khachanov, que se limitó a hacer las cosas bien y dejar que el díscolo Nick se hiciera él solito el harakiri. El mejor jugador desde que empezó la gira de hierba el 6 de junio, con 26 victorias, la final de Wimbledon (cayó ante Novak Djokovic), el título en Washington y dos triunfos frente al número uno, Daniil Medvedev (Montreal y Nueva York), desperdició una oportunidad de oro para tener éxito en el US Open, por su mala cabeza.

Todo el esfuerzo mental realizado para entrar en una disciplina de entrenamientos, dieta y descanso, se fue por la borda en cuanto el físico y las circunstancias del partido no le favorecieron. Una pena, porque estaba jugando realmente bien y con buena actitud, a pesar de sus excentricidades, que continuó practicando. Al final del partido pagó su frustración con un objeto que maltrata a menudo, su raqueta. Destrozó dos, ahora sí, sin piedad. Otra vez un mal ejemplo, del que debería arrepentirse.

Khachanov está en las antípodas del aussie. Tiene una vida ordenada y una ética de trabajo mejorada con el paso de los años. Casado, con un hijo, graduado en Educación Física y seguidor del Real Madrid, le llega con 26 años y como número 31 del mundo (fue octavo en 2019) el mayor éxito de su carrera: jugar por primera vez las semifinales de un Grand Slam. Se enfrentará el viernes al noruego Casper Ruud, que barrió a Berrettini. Sus mejores resultados hasta este martes en majors eran los cuartos de final en Roland Garros 2019 y Wimbledon 2021. Contra Kyrgios luchó con fuego contra el fuego al colocar 30 aces por los 31 de su rival. Además, jugó con mucha más tranquilidad, por eso cometió casi la mitad de errores no forzados (31) que el de Camberra (58).

Montaña rusa

Kyrgios, con aparentes problemas en la pierna (”No puedo andar”, le dijo a su equipo entre el primer y el segundo set), se rehízo para igualar el partido, pero perdió los papeles en la tercera manga cuando se le escapó un punto de break con 4-4. Lanzó la raqueta plana contra el suelo y en el siguiente juego no dio pie con bola, con una indolencia evidente. Parecía ido del partido, pero peleó para mantenerse en el cuarto parcial ante un oponente con el que había tenido una discusión intelectual en el pasado a través de las redes sociales. Si lo hubiera hecho al principio, otro gallo le hubiera cantado. En el quinto, Khachanov rompió de salida para ponerse con 2-0 y aguantó con bravura la ventaja hasta el final. Durante el partido, salvó siete puntos de break, con el público, más proclive al espéctaculo que al tenis en sí, claramente en su contra.

Al final le mandó un recadito a los espectadores: “Ahora me estáis dando algo de cariño, gracias, os lo agradezco (se escuchó algún abucheo y él aplaudió a la grada). Estoy muy orgulloso de mí mismo, he peleado de principio a fin, y he logrado la victoria”. Ahora le espera Ruud: “Me gustaría ganarlo, cuanto más lejos llegas, más suben las expectativas. Son mis primeras semifinales de Grand Slam y no tengo nada que perder, tengo que estar preparado”. El futuro inmediato de Kyrgios es una incógnita. “Al lado de los Grand Slams, los otros torneos son una pérdida de tiempo. Me siento como una mierda. Lo que ha ocurrido es desgarrador, devastador, no solo para mí, sino para todos los que querían verme ganar”, dijo en rueda de prensa, demostrando que, al menos, el tenis le importa. No hay que perder la esperanza en él.