Un idilio y una historia de amor que acaba de comenzar
Bautista volvió a brillar en una Copa Davis en la que ha ganado ocho de sus últimos nueve partidos. “Juegas por España y hay que darlo todo”, dice Alcaraz.
No fue casualidad que, para abrir la eliminatoria de este miércoles frente a República Checa, David Ferrer optase por Roberto Bautista. El castellonense, de 36 años y 62º del mundo, está atravesando una temporada tremendamente complicada, en la que incluso ha llegado a salir del top-100, y por clasificación es la tercera baza española (tras Alcaraz, 3º, Pedro Martínez es 42º). Pero a Rober le avala un bagaje exquisito en la Copa Davis y un pasado en el que ha demostrado que se crece cuando representa a España en la copa del mundo de tenis. Ayer, su triunfo sobre Jiri Lehecka, 37º mundial y número uno checo de no haber sido por una fractura de vértebra que le tuvo tres meses apartado, fue la última prueba de ello, de que cuando Bautista viste la camiseta de la Selección no importa que esté pasando por los peores momentos de su brillante carrera.
En la Copa Davis de 2019, Bautista hizo clic en la principal competición por equipos. Fue el héroe en la Caja Mágica para alzar el título, el sexto y último de España, con un triunfo sobre Auger-Aliassime apenas unos días después del fallecimiento de su padre. Desde aquella edición, a la que llegaba con un registro de seis victorias y otras seis derrotas, Bautista acumula ocho triunfos en los últimos nueve partidos en su competición predilecta (su balance total es de 14-7), la cual no pudo disputar el año pasado por una fractura de peroné sufrida mientras montaba a caballo.
“La Davis me motiva especialmente, representar a mi país es especial para mí y esta competición me ha hecho sentir cosas que no he sentido a nivel individual”, dijo en AS antes de su estreno en el torneo. Y, ayer, tras un partidazo en el que dominó a su rival, reiteró su sentimiento. “He vivido las mejores cosas de mi vida en mi carrera en esta competición, y jugar en Valencia es muy especial. Estoy muy feliz por haberle dado el primer punto a España”. En rueda de prensa, a pregunta de AS, el castellonense habló sobre sus ocho triunfos en los últimos nueve partidos. “La experiencia ayuda. Esta competición te hace sentir los nervios a flor de piel, sientes muchas emociones y sientes la presión de verdad. La experiencia de haber jugado durante muchos y de haber estado siempre disponible para jugar, creo que hace que con el tiempo te vayas habituando a los sentimientos de jugar Davis, y eso ayuda a jugar más tranquilo”.
Si el idilio de Bautista con la Davis es prolongado, quien escribe sus primeras páginas en esta historia es Carlos Alcaraz, que ayer, tras perderse la cita del año pasado por lesión y no poder jugar en 2021 por COVID, disputó su cuarto y quinto encuentro en el torneo entre individual y dobles (cuatro victorias y una derrota). Y, a pesar de su corta experiencia, el murciano ya le va cogiendo el pulso a lo que supone esto. “La Copa Davis siempre es especial, quiero hacerlo bien. Como número uno se siente un extra de presión. Esto es la Davis, juegas por España y hay que darlo todo, estar positivo”, afirmó un Carlitos que, sin embargo, lamentó la retirada de Machac. “No es la manera en la que quiero ganar los partidos. Haberlo puesto duro al principio del segundo set le ha generado más presión para terminar teniendo problemas físicos”. Sin duda, el de El Palmar es el jugador llamado a liderar a la Selección en la Davis durante muchos años. Su historia de amor con el torneo acaba de comenzar.
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