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TENIS | ATP 250 DOHA

Murray se debate entre la frustración y la esperanza

Tras la derrota ante Jakub Mensik, el británico dijo: “Este deporte ya no es para mí”. Sin embargo, aún no se rinde.

Andy Murray reacciona después de un punto del checo Jakub Mensik.
KARIM JAAFARAFP

Andy Murray se despidió ayer de la pista de Doha. Su contrincante, Jakub Mensik, le vención por 6-7, 7-6 y 6-7, un partido muy reñido entre ambos tenistas que dejó al británico fuera de los cuartos de final del ATP 250 de Doha. La derrota cayó sobre Murray como una losa, tras lo que se leyó en sus labios: “Este deporte ya no es para mí”.

El joven checo de 18 años venció a un veterano Murray de 36 que llegó a ser número uno del mundo en 2016. El británico se quedó mirando al palco con cara de disgusto tras verse sobrepasado, momento en el que pronunció la frase de decepción consigo mismo. El tenista ha ganado solo uno de sus últimos siete partidos.

Puede ser que el británico esté viendo ya el final de su carrera, sobre todo después de esta derrota, con la que cae hasta 16 puestos, con lo que le costará entrar en los Másters 1.000 y en los ATP 500. Cuesta encajar este resultado después de lograr tres Grand Slams, dos oros olímpicos y 46 títulos.

Con el sueño de volver a hacerlo bien en un gran torneo, especialmente en Wimbledon, donde se convirtió en el primer británico desde Fred Perry en 1936, Murray no está convencido de tirar la toalla aún. “¿Marchar mi legado?”, respondió el escocés a un artículo de la BBC dudando de su necesidad de seguir jugando. “Estoy en un momento terrible, lo sé. Mucha gente se rendiría en mi situación, pero yo no soy así y mi mente funciona de manera diferente. No me rendiré”.

A pesar de los resultados, Murray no tiró la toalla a pesar de bajar a los ‘Challengers’ (ganó tres en 2023) y no competir en la gira de arcilla, su peor superficie. El británico hipotecó parte de su carrera en el infernal 2016, en el que jugó 87 partidos, ganó nueve títulos, jugó cuatro finales más y consiguió el número uno del mundo en el último partido del año, en la final de la Copa de Maestros contra Novak Djokovic. Todo esto le costó el físico en 2017, cuando tuvo que abandonar la campaña tras Wimbledon, y sufrió un parón hasta el verano de 2018.

Todo ello derivó en las operaciones de cadera, la retirada en enero de 2019 y la instalación de la prótesis en la cadera que revitalizó su carrera y le dio una última oportunidad más. Desde su vuelta a finales de 2019, escaló casi 200 puestos en el ránking, pero su tope fue la posición 37 en agosto del año pasado.

Además, siempre da la sensación de faltarle una pizca de suerte, no solo con los cuadros, como en el pasado Wimbledon, cuando se tuvo que enfrentar en segunda ronda a Stefanos Tsitsipas, sino también con los sets definitivos. Desde enero de 2022, Murray ha perdido 17 partidos en el tercer o quinto set.

“Se ha hablado mucho de que debería retirarse”, sopesó esta semana Tim Henman, la gran esperanza británica previa a Murray. “No apoyo eso. Ser un tenista profesional es el mejor trabajo del mundo. Mientras tenga hambre, deseo y motivación de seguir trabajando duro y mientras se divierta en la pista, debería seguir. Hay suficiente tiempo por delante para retirarse”.

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