“¿Oye, este chino no falla nunca?”: Yibing Wu, de Madrid a Djokovic, Federer y una escalada imposible
Nahum García, exentrenador del talento asiático, habla con AS tras su histórica victoria en Dallas. Tras múltiples lesiones y ser 1.869º del ranking, sube al 58º.
Impresionó a Djokovic o Federer, ganó el US Open júnior y vivió en Madrid. Concretamente, en la casa de la tía de Nahum García, entrenador español. “Toda mi familia flipaba con él. Mi madre se acuerda mucho. No por el tenis, por cómo era”, revela Nahum a AS sobre Yibing Wu, campeón histórico en Dallas (6-7, 7-6 y 7-6 ante Isner, el domingo) a quien él llama Jason, nombre que el jugador chino adoptó durante su estancia en España. “Es como un hijo deportivo”, añade con voz emocionada. Empezaron a trabajar cuando el talento asiático tenía doce años y vivieron de todo. “Es el claro ejemplo de superación en el deporte”, le dedica orgulloso. Viajaron por todo el globo para entrenar con los mejores del mundo, ganaron el major estadounidense tanto en individual como en dobles, su primer future, su primer challenger (ya tiene cuatro)... y lidiaron con las lesiones más crueles, problemas familiares y la presión que China suele ejercer sobre sus estrellas crecientes. En Texas, todo cobraba sentido.
Durante casi dos años, entre marzo de 2019 y enero de 2022, Yibing no pudo competir en ningún torneo internacional. Sufrió lesiones en la espalda, el hombro, la muñeca y el codo, por el que le operaron para retirarle parte de un hueso (juega con un vendaje en el brazo derecho por ello). La pandemia, tan inoportuna como fue, le encerró en China. “El problema que ha tenido es que ha jugado siempre lesionado. También tenía arritmias y se tenía que sentar cuando le daban. Teníamos un fisio con una aplicación para controlarle el pulso”, amplía Nahum. La inactividad le hizo descender hasta el número 1.869 del ranking ATP. Sólo once meses después de caer hasta tal profundidad, ya es 58º. En el US Open de 2022, se convirtió en el primer tenista chino desde 1959 en ganar un partido del cuadro final de un Grand Slam; en Dallas, con 23 años, logró el primer título ATP para su país.
Un pionero dentro de sus fronteras que se formó en España. Con Nahum, compartió tres etapas distintas. La primera arrancó en una academia que Carlos Rodríguez montó en Pekín, para la que le becó Nike. La segunda fue la que se asentó en Madrid. La tercera, con punto y final en 2018, se produjo a raíz del US Open júnior, torneo para el que Jason quería tener a su padre deportivo al lado. “Me ha pedido que me vaya a China con él en más de una ocasión, pero no puedo”, revela García. Luego, fue captado por el gigante IMG, la agencia que lleva a Carlos Alcaraz. En territorio español, como luego haría a nivel mundial, impresionó a todo el circuito. “Joder, no me habías dicho que este chico era tan bueno”, le dijo Paco Fogués a Nahum. Entrenaron con Feliciano López, Fernando Verdasco o Albert Ramos y cogieron el avión.
“¡Cómo puede ser que este tío sólo tire líneas!”, recuerda el técnico español que le gritaban los rivales. En el US Open júnior, captó la atención de Joan Forcades, preparador físico de Rafa Nadal y con el que estuvo a punto de colaborar, y de Ivan Ljubicic, que le invitó a practicar con Roger Federer. “Qué ritmo tiene”, destacaba el extenista y exentrenador sobre Wu. “‘La gente no sabe lo bueno que es este tío’, hablaba hace poco con (Adrian) Andreev (búlgaro de 21 años y 205º en el ranking que también ha estado a las órdenes de Nahum). Tiene talento, buen saque, ganadores por los dos lados. Hasta cuando perdía me hacía sentir orgulloso. Era muy creativo y la gente se quedaba con la sensación de que, independientemente del resultado, sabía jugar al tenis”, desarrolla García. “¿Oye, este chino no falla nunca?”, llegó a gritar Djokovic durante un entrenamiento entre ambos. Tras decirlo, falló. “Eh, ha sido porque se lo has dicho tú...”, le respondió Nahum en tono jocoso. Una broma muy cercana a la realidad. Al tenis ofrecido por Yibing durante la pasada semana.
Una escalada eterna
En las conversaciones que Nahum mantenía con Jason por WeChat, la aplicación de mensajería móvil más utilizada en China, había un GIF recurrente. En él, se veía a un escalador subiendo una montaña infinita. Tras llegar a la cima, aparecía otra. Y otra. Y otra. “Así ejemplifica su vida y todas las complicaciones que ha tenido”, explica el técnico español. Debido a las lesiones, Nike dejó de patrocinarle (ahora lo hace Adidas). Por sponsors, incluso, alargó su tiempo jugando antes de su dura operación. “Llegó a romper relaciones con su madre, que le metía una presión brutal. El país en general. La final del Masters júnior, por ejemplo, la jugó lesionado porque la madre le obligó por temas de patrocinios. Perdió con (Emil) Ruusuvuori (ahora 52º), al que ya había ganado tres veces. La que le cayó con eso... fue tremendo. Se ha superado a sí mismo y va a dar mucha guerra”, revela Nahum sobre su Jason. “Tampoco quería que le medicáramos (por las arritmias), porque sólo creía en la medicina tradicional, no en la occidental, y no nos dejaba darle nada”, añade sobre su progenitora.
Mil obstáculos, mil victorias. “Pese a todo ello, Jason siempre ha sido muy simpático con la gente. Además, tiene personalidad, carisma y sabe transmitirlo”, destaca García sobre Yibing, al que le encanta cantar (”en las concentraciones de la Davis, lo primero que hacíamos era darle el micro”) y el baloncesto. “Allá donde íbamos, jugábamos. Me metía unas palizas... y se mosqueaba más que con el tenis. Para sus 18 le regalé una camiseta de Curry y flipó, no hacía ni caso a los demás regalos. Se la puso inmediatamente”, recuerda. Su padre era boxeador y lo heredó. Por su forma de darle a la pelota y por su forma de afrontar la vida. Golpe a golpe. Asalta a asalto. Puesto a puesto en el ranking. Bola a bola sobre la pista. Lección a lección para los espectadores.