Alcaraz vuelve 103 días después
El tenista murciano retorna al circuito, tras superar dos lesiones musculares que le han costado el número uno, en el ATP 250 de Buenos Aires. Debutará contra el serbio Laslo Djere.
Carlos Alcaraz luce torso, afilado, y un nuevo y discreto tatuaje en su brazo izquierdo (11-09-2022, la fecha en la que ganó el US Open) estos días en el Buenos Aires Lawn Tennis Club. El Argentina Open, un ATP 250, es el lugar elegido para su reaparición este miércoles (no antes de las 00:00, ante el serbio Laslo Djere) después de 103 días de ausencia de las pistas. Demasiado tiempo parado, más que nunca, para un hiperactivo depredador de 19 años que asaltó el año pasado la cima del tenis mundial.
El 4 de noviembre pasado jugó su último partido, ante Holger Rune en el Masters 1.000 de París. No lo pudo acabar, por un desgarro abdominal que le obligó a clausurar la temporada sin estrenarse en las ATP Finals. Su recuperación se retrasó y, cuando iba a retornar en el Open de Australia, un desgarro en el músculo semimembranoso de su pierna derecha le volvió a dejar en el dique seco. Entre tanto, Novak Djokovic le quitó el número uno.
“Han pasado ya cuatro meses desde que me lesioné, pero siempre quiero y pienso en ganar, aunque sé que no será fácil después de tanto tiempo sin competir”, cuenta Alcaraz en Argentina, adonde viajó ya el jueves pasado para aclimatarse y realizar entrenamientos de calidad. Le acompañan Toni Martínez Cascales, el técnico-mentor de su entrenador Juan Carlos Ferrero que se incorporará más adelante en la gira, su fisio Juanjo Moreno, uno de sus hermanos y su padre. Según su entorno, no hay ya rastro de las lesiones, en las que se ha aplicado en la recuperación junto a su médico de confianza, Juanjo López. “Al final, en pista pasas dos o tres horas y el resto del día tienes que hacer cosas que te diviertan. Ellos (su nutrido equipo) vienen para animarme, y para tener esa parte de ‘casa’, que es importante”, dice Charly.
Una maratón hacia el número uno
Lo que le viene por delante es una maratón de aúpa: Buenos Aires, ATP 500 de Río (defiende título), ATP 500 de Acapulco y los Masters 1.000 de Indian Wells (hizo semifinales) y Miami (lo ganó). De lo que haga, y de lo que juegue Djokovic en duda aún por las restricciones en Estados Unidos, dependerá que pueda recuperar un número uno que ocupó 20 semanas.
El factor sorpresa de 2022, que acabó con cinco títulos, ya se ha disipado. Ahora, él es el foco de atención. Al que se espera en las rondas finales. Es el chico que mira en calzoncillos a la gente desde las marquesinas de los autobuses anunciando Calvin Klein o coches eléctricos de BMW (nada de cosas contaminantes). “Fue un año muy bueno, conseguí mi sueño muy rápido, en un solo año. Me lo tomé lo más natural que pude. Tras conseguir el número uno había que marcarse nuevos objetivos como seguir disfrutando y mejorando, porque soy muy joven”, advierte. Un joven al que se le va a juzgar como un veterano en la jungla del tenis. La primera parada, sin tanta exigencia, es sobre la tierra de Buenos Aires. A partir de ahí, el listón irá subiendo. 103 días después, el deseado está de vuelta.