Ruud, de animar a Nadal a querer evitar su 14º Roland Garros
El noruego, rival del balear en la final de hoy, estuvo presente en 2013 en las gradas de la Philippe Chatrier para ver a su ídolo. Ahora, se enfrenta a él.
Los sueños, a veces, se cumplen. Sobre todo, cuando uno hace todo lo posible por acercarse a ellos. Ese fue el camino que, en 2018, eligió Casper Ruud. Hoy, recogerá el premio. El jugador noruego, que se enfrentará a Rafa Nadal en la final de Roland Garros (15:00, Eurosport y DMAX), ingresó en la academia del balear, la Rafa Nadal Academy de Manacor, en el mencionado año. Lo hizo siendo el 143º del mundo; ahora, en una especie de examen final, se enfrentará a su ídolo y "maestro" como número 8. Virtualmente, ya es sexto en el ranking ATP y, el día 13 de julio, cuando se resten los puntos del 'major' parisino de la temporada pasada, podría ser quinto.
Un ascenso emocionante para Ruud y para la propia academia. "Nunca he jugado contra Rafa, el último de los grandes jugadores a los que no me he enfrentado, y es el momento perfecto, en la final de un Slam, que será especial para mí y espero que un poco para él, porque jugará frente a uno de los estudiantes de su academia", deseó el jugador noruego tras superar al croata Marin Cilic en semifinales. "Si tenemos que perder con uno, mejor con Ruud", aseguraba, tras el logro de Casper, Toni Nadal, tío y exentrenador de Rafa y director de la Rafa Nadal Academy.
El centro tenístico ubicado en Manacor es un gran reclamo para todo el circuito. Tiene dos jugadores en el Top-100, Jaume Munar además del propio Ruud, y, constantemente, recibe la visita de nombres ilustres (Boris Becker, Mats Wilander, Bjorn Borg...) o de jugadores en activo que se sienten atraídos por las facilidades que ofrece (Andy Murray, Grigor Dimitrov, Naomi Osaka, Iga Swiatek...). Un punto de referencia para el mundo de la raqueta que, en 2018, recibió a Ruud. "Es uno de los jugadores que más ha progresado, ha hecho un trabajo extraordinario con su padre y creo que nosotros hemos colaborado. Nos sentimos totalmente orgullosos de esta colaboración", valora ahora el propio Toni sobre su evolución desde entonces.
Un trabajo, potenciador de un talento innato, que ha llevado a Casper a protagonizar una de las imágenes más curiosas en la previa de la final, su primera en un Grand Slam. El noruego, pues, con 14 años, estuvo presente en las gradas de la Philippe Chatrier animando, como un aficionado más, a su ídolo Nadal. Entonces, el jugador español lograría su octava Copa de los Mosqueteros. Nueve años después, un Ruud de 23 años, intentará que el balear no consiga la 14ª.