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TENIS

El récord de Federer en Grand Slam que no han igualado Djokovic ni Nadal

El portal Essentially Sports recoge una curiosa estadística de Federer con respecto a Djokovic y Nadal, ya que el suizo tiene el récord de finales de Grand Slam consecutivas.

El tenista suizo Roger Federer posa con el trofeo de campeón del Open de Australia 2018.
THOMAS PETERREUTERS

Roger Federer no se rinde en la particular batalla por ser el tenista con más Grand Slam de la historia del tenis pese a que es el que más complicado lo tiene en comparación con Rafa Nadal y Novak Djokovic a causa de sus recientes lesiones y de su edad (cumplirá 41 años el próximo 8 de agosto).

Sin embargo, y pese a que Djokovic y Nadal han ido devorando uno tras otro la mayoría de récords de los torneos del Grand Slam, 'Su Majestad' aún puede presumir de un hito que aún no han logrado alcanzar el serbio y el balear.

Según recoge el portal Essentially Sports, Federer es el tenista del Big Three que más finales de Grand Slam ha alcanzado de forma consecutiva, ya que el suizo disputó 10 finales de forma ininterrumpida desde Wimbledon de 2005 hasta el US Open de 2007. De estas 10 finales, Federer logró ganar 8 (tres Wimbledon, tres US Open y 2 Open de Australia) y sólo perdió en las dos finales de Roland Garros que jugó, en ambas ante el español Rafa Nadal.

El que más cerca se ha quedado de la hazaña de Federer ha sido Novak Djokovic, que logró encadenar 6 finales de Grand Slam entre el Open de Australia de 2015 y Roland Garros de 2016 con un balance de 5 victorias (2 Open de Australia, 1 Wimbledon, 1 US Open y 1 Roland Garros) y una derrota, ante Stan Wawrinka en la final de Roland Garros 2015.

Una final consecutiva menos ha logrado Rafa Nadal, que tiene su récord en 5 finales de Grand Slam seguidas entre Roland Garros 2011 y Roland Garros 2012 en los que sumó 2 Roland Garros y perdió las finales de Wimbledon, US Open y Open de Australia ante Novak Djokovic. 'Su Majestad' se resiste a rendirse en la batalla por la supremacía de los Grand Slam y las 10 finales de Grand Slam consecutivas así lo demuestran.