El 'Team Nadal', básico en la resurrección de Rafa
El balear celebra poder contar con la mayoría de sus colaboradores en un Grand Slam gracias a la relajación del protocolo COVID.
"Estoy feliz porque después de años difíciles, puedo tener a una parte más importante del equipo aquí conmigo, que no sólo hayan podido venir dos personas, que estén algunas más para mí es bonito". Lo dijo Rafa Nadal después de clasificarse para la final del Open de Australia el pasado viernes. Una final en la que ha doblegado a Medvedev en 5 horas y 24 minutos, el segundo partido más largo de la historia del torneo sólo por detrás de la final del 2012 entre Federer y el propio Nadal.
Por primera vez desde el Grand Slam oceánico de 2020, cuando estaba aún por comenzar la pandemia, el balear no había podido disfrutar libremente de la compañía de su gente en los torneos, por los protocolos COVID.
Este año, las restricciones se relajaron y el día 31 de diciembre el 'Team Nadal' aterrizó en Melbourne. Con el jugador viajaron uno de sus entrenadores, Carlos Moyá (Marc López se incorporó más tarde porque había dado positivo y Francis Roig se quedó en España), el fisio, Rafa Maymó, el agente, Carlos Costa, el jefe de prensa, Benito Pérez Barbadillo, y el padre del manacorí, Sebastián. Juntos celebraron el fin de año a la española, con uvas, en un restaurante y con un vídeo de las 12 campanadas de la madrileña Puerta del Sol en la medianoche local.
El día en el equipo arranca sobre las 9:45 con el calentamiento y la llegada a las instalaciones del torneo. Después, entrenamiento, comida y parchís, el juego de mesa que no falta en cada jornada. En los días libres, alguna comida en la playa y no demasiadas salidas por parte de Nadal ni visitas a la ciudad por precaución antes de las sesiones de recuperación con Maymó en la tarde-noche. Sólo el pasado miércoles se relajó el programa por la paliza del día anterior contra Shapovalov en cinco sets: bici estática y 20 minutos de peloteo.
En los entrenamientos, todos ayudan. Si hay que recoger pelotas, cambiar una raqueta, darle agua o pasarle una toalla al ídolo, cualquiera lo hace sin problemas. Se trata de hacerle la vida más fácil en un ambiente distendido en el que no falta nunca un poco de guasa. La estrategia se debate y las opiniones son bienvenidas. La mayoría han sido tenistas o llevan décadas viendo tenis. Así es la 'familia' de Rafa en el circuito.