Carreño, en primera línea
El asturiano (30 años y 20º del mundo) es el número uno de España frente a Ecuador (16:00, Vamos), por la baja de Bautista a la que se sumó la de Alcaraz.
La ya sabida baja de Rafa Nadal, la de Roberto Bautista (lesión abdominal cuando estaba en la concentración) y la de Carlos Alcaraz por su positivo en COVID-19 sitúan a Pablo Carreño en la primera línea de las finales de Davis. El gijonés, de 30 años y 20º de la ATP, es el obligado número uno de la Selección y jugará este viernes (16:00, Vamos) contra el mejor tenista de Ecuador, Emilio Gómez (29 años y 149º del mundo) en el segundo turno. Está por ver a quién designa Sergi Bruguera en lugar de Alcaraz para abrir la serie ante Roberto Quiroz (29 y 291º), Feliciano López (104º) o Albert Ramos (45º).
Carreño toma, eso sí, el mando en su mejor año. “Cuando está Rafa, es normal que recaiga el peso en él porque es el mejor jugador de la historia de esta competición. Bautista daba un nivel en el individual muy alto y aportaba la experiencia que le dio ganar partidos en la final del 2019. El liderazgo era suyo, pero es la hora de tomar esa iniciativa, de ser el número uno y de ayudar todo lo que pueda al equipo”, contaba el asturiano antes de que se desatara el terremoto por el positivo de Alcaraz.
El gijonés ha sido campeón este año en Marbella, en el ATP 500 de Hamburgo y en una semana mágica derrotó a los números uno y dos, Daniil Medvedev y Novak Djokovic, para colgarse el bronce olímpico en Tokio.
“Gané al número uno de Rusia, pero perdí con Khachanov, que es el cuatro ahora. En competiciones como estas, los rankings no lo son todo. Representas a tu país y hay más sorpresas. Hay que jugar, también con Ecuador, con los que todo el mundo nos da un 3-0 pero insisto en que el ranking no cuenta tanto”, advierte. Pasan los primeros de cada grupo y los dos mejores segundos, por lo que para seguir vivos es fundamental un 3-0 rápido contra la ‘cenicienta’ y pelear algún punto frente a los favoritos rusos, que cuentan también con Rublev (5º) y Karatsev (17º).
Carreño vuelve a las finales después de que en 2019 sólo pudiese jugar un partido, contra el argentino Guido Pella, que perdió lesionado y le impidió volver a competir. “Me hubiese gustado poder jugar más, estar disponible, pero las cosas salieron así. Tuve mala suerte, pero ahora se me presenta una gran oportunidad. He hecho un buen año y es una recompensa”, reflexionaba sobre un regalo, en forma de responsabilidad, que ahora se presenta envenenado por la plaga de bajas.