La mejor Sorribes lleva al límite a la ex número uno Kerber
La castellonense levantó al público de sus asientos con un partidazo que no pudo culminar con victoria ante la alemana, que recordó a la que fue campeona en 2018.
Sara Sorribes y Angelique Kerber disputaron el mejor partido de lo que va de Wimbledon en el cuadro femenino, una batalla preciosa de golpes, defensas, técnica y táctica en la que triunfó la alemana (7-5, 5-7 y 6-4 3:18), pero que podría haber caído del lado de la española perfectamente. Sorribes llevó al límite a la ex número uno del mundo, campeona del Grand Slam británico en 2018 y también del Open de Australia y del US Open en 2016. Fue, quizá, la mejor actuación de su carrera, aunque no tuvo el premio de la victoria ni de pasar por primera vez de la segunda ronda en un major. Sí la recompensó el público de la pista 2 con una ovación atronadora en su despedida, aunque la que seguirá en el campeonato es una Kerber que a sus 33 años ha recuperado la forma y viene de ganar un título en hierba la semana pasada en su país, en Bad Homburg.
Sara recuperó el terreno perdido varias veces. En el primer set cedió en el undécimo juego y en el segundo respondió a cada quiebre de Kerber con otro de inmediato y levantó un punto de partido para devolverle después el 7-5. Así se puso en disposición de protagonizar una gesta. Pocas veces se había visto a la castellonense tan encendida al celebrar los puntos. Su amiga Paula Badosa la animó desde la grada, cerca de su entrenadora, la extenista Silvia Soler, que alucinaba con lo que hacía su pupila, totalmente desatada. Esa era la actitud que necesita, aunque ante una versión tan potente de la teutona, no fue suficiente.
Su maravilloso revés cortado no fue el único recurso del que tiró Sara, que coloco varios golpes ganadores con su drive y con algunas dejadas magníficas, por no hablar de la buenísima mano que tiene para las voleas en la red. El problema es que delante tenía a una de las mejores defensoras del circuito, capaz de devolver golpes casi de rodillas. Y aunque la movió bien, al final tuvo que correr más para responder a los contraataques. Lo dio todo y poco más se le podía pedir. Probablemente, el lunes 12 ocupará el puesto 45 del ranking y le esperan los Juegos Olímpicos en individuales y dobles. Se lo merece. Además, ya sabe que si juega así, ganará muchos partidos.
"Ha sido un gran partido en el que he jugado realmente muy bien. De eso estoy contenta, por perder, no. Necesito hacerlo mejor para ganar a estas jugadoras, pero cada vez estoy más cerca. Este es el camino, pero entre hacer las cosas bien o muy bien, la línea es muy delgada. Intento que mi nivel sea cada día un poquito mejor, estoy contenta de que me salga mejor en competición, de tener opciones. Aunque tenía mucha ilusión, porque me he visto cerca, sobre todo al principio del tercer set", explicó Sorribes, que se siente bien al jugar en hierba. "Me gusta, porque estoy cómoda con el revés cortado y voy más a la red, lo que me ayuda a mejorar. Veo que voy mejorando y es lo que trato de hacer cada día".
"Estoy fastidiada, más que triste, pero es una sensación con la que tengo que convivir. Es un partido que me hará aprender mucho y me vendrá muy bien en el futuro. Ha sido muy igualado", añadió Sara, que habló de su participación en Tokio 2020: "Es un sueño para mí estar en los Juegos, algo asombroso, difícil de expresar. Me encantan los Juegos, todos los deportes, y estar me hace afortunada y feliz".