Murray enloquece al público de Wimbledon con una remontada
El escocés perdía por dos sets a uno ante el alemán Otte y ganó empujado por el apoyo de los espectadores de la central. Se medirá con Shapovalov en tercera ronda.
Andy Murray está empeñado en llevarle la contraria a los que dicen que es imposible que vuelva a jugar a un nivel que le permita competir por los Grand Slams. Después de anunciar su retirada en el Open de Australia de 2019, tras perder en primera ronda con Roberto Bautista, y arrepentirse de su decisión antes de pasar por el quirófano para someterse a una operación de cadera, volvió a competir. Petro le sobrevinieron otras lesiones derivadas de todo el tiempo que estuvo sin jugar. Volvió el año pasado en Roland Garros y el US Open, sin éxito, y tras otro parón está en Wimbledon con la intención de demostrar que aún puede ser competitivo. De momento, ha alcanzado la tercera ronda tras remontar en un partido épico ante el alemán Oscar Otte: 6-3, 4-6, 4-6, 6-4 y 6-2 en 3:50. Le llega un reto mayúsculo, contra el décimo favorito, Denis Shapovalov, que además no tuvo que jugar este miércoles por la renuncia de Pablo Andújar (lesión intercostal).
El público de la central, habitualmente tranquilo y respetuoso, enloqueció con la actuación del escocés, que estuvo sin bajarse de cuartos en el torneo entre 2008 y 2017, con dos títulos, una final más y cuatro semifinales. Es su campeonato, está claro, donde puede oblar milagros que parecen imposibles. “Obviamente estoy cansado, pero considerándolo todo, me siento bien. Tengo un día de descanso y espero tener el viernes otra atmósfera como esta”, dijo Murray, que fue capaz de generar 55 golpes ganadores (sólo siete de saque directo) ante un rival agresivo y con buena mano en la red, aunque sea el 151º del mundo con 27 años.
El teutón plantó cara y jugó bastante bien, que nadie se equivoque. Quizá demasiado valiente con sus 87 subidas a la red. En la última, el británico le superó por alto con un globazo y le puso la guinda a su victoria. Shapovalov ya será otra historia, una verdadera piedra de toque para saber en qué punto de forma está Sir Andrew Barron Murray.