Federer regresa con victoria y buena imagen 405 días después
El suizo venció a Evans y se enfrentará este jueves en cuartos a Basilashvili. Próximo a los 40 años, inició así su 24º curso de actividad profesional con su victoria 1.243.
“Desde Suiza, den la bienvenida de nuevo a Roger Federer”, dijo el orador del Qatar Open de Doha mientras el ganador de 20 Grand Slams salía del túnel de vestuarios de un estadio por primera vez en 405 días. Sólo le aguardaban unos 1.000 espectadores debido a las restricciones impuestas por la pandemia en la pista central del Khalifa International Tennis and Squash Complex, cuyo aforo se redujo a un 10%. Y le aplaudieron a rabiar. En las gradas se vieron pancartas de apoyo y, sobre todo, de cariño.
Era un terreno desconocido para el tres veces campeón del torneo, que había jugado su último partido en una cancha repleta en el Open de Australia, en las semifinales contra Djokovic, ajeno por aquel entonces a lo que sucedería después en todo el mundo. Se notó cuando tras el primer juego de su duelo contra Daniel Evans corrió para recoger su toalla, cuando los jugadores deben tener una diferente siempre en cada lado de la pista. Rectificó con una sonrisa y encogido de hombros. “Gracias a la gente que ha venido, estoy muy feliz por mi actuación”, dijo tras vencer por 7-6 (8), 3-6 y 7-5 al británico con un revés ganador marca de la casa, a una mano, precioso y elegante. En cuartos, este jueves (sobre las 16:00, #Vamos) se enfrentará al georgiano Nikoloz Basilashvili.
Con una sonrisa de oreja a oreja, el suizo no ocultó su emoción, la alegría por un retorno histórico, por tratarse de quien se trata; porque si ya es difícil para un tenista volver tras estar más de 13 meses sin jugar, hacerlo próximo a los 40 años (los cumple en agosto) y con victoria ante un buen rival, tiene mérito por mucho que se llame Federer; y porque es el 24º curso de actividad profesional del helvético (desde 1998) y su triunfo 1.243. Alucinante. Como es lógico, al Genio de Basilea se le vio un pelín oxidado en algunos movimientos, y por eso Evans le ganó por fin un set al undécimo intento (están 4-0 en el balance particular). “Estaba un poco cansado y Dan tenía más energía. Pensaba más en eso que en ganar los puntos de partido (aprovechó el segundo)”, confesó antes de explicar cómo se veía. “No me importa lo que sienta ahora, sino cómo esté mañana, y al día siguiente y los próximos meses. Es un gran reto volver a mi edad y no es fácil. Ha merecido la pena, porque he jugado un gran partido”.
Virtudes intactas
El hecho es que las virtudes de Federer siguen ahí. La combinación saque-derecha le funcionó bien, subió a la red con suficiente determinación y con la clase de siempre, calentó a fuego lento su majestuoso revés y mostró esa capacidad innata que mantiene para escapar de los momentos más complicados sin miedo a inventar algo inesperado. Evans, que estuvo entrenándose con él los días previos al torneo en Qatar, le apretó e involuntariamente le dio el ritmo que el helvético necesitaba. Fue un inicio amable para él y una delicia para los aficionados verle. Habrá que comprobar cómo se comporta cuando le llegue la hora de cruzarse con un oponente top. No podrá cometer los lógicos errores que se le vieron en el regreso. Pero poco más podía pedir por rendimiento y resultado. Todo el mundo lo celebra, porque sin él el tenis no es lo mismo.