Medvedev, gran obstáculo entre Djokovic y su 18º Grand Slam

“No soy una web de apuestas, no sé qué decir. Podría ganar Medvedev, sería bueno para él y para el tenis”, dijo Stefanos Tsitsipas después de perder en semifinales el viernes contra el ruso que se enfrentará hoy (09:30) a Novak Djokovic en la final del Open de Australia. Esas palabras no le hicieron ninguna gracia al serbio, que una entrevista que le hizo el extenista Mats Wilander para Eurosport, lanzó un aviso a los jóvenes que como el griego, Alexander Zverev y el propio Medvedev pretenden derrocar al Big Three, el grupo legendario que comparte con Roger Federer y Rafa Nadal: “Se ha hablado mucho sobre las nuevas generaciones que vienen y que se van a deshacer de nosotros tres, pero en realidad eso no está sucediendo todavía, aunque podemos hablar de ello todo el día. Con mi respeto a todos esos muchachos, todavía tienen mucho trabajo por hacer. No voy a quedarme aquí y entregarme. Voy a hacer que muevan el culo”.

Nole intentará defender el honor de la vieja guardia a sus 33 años y al mismo tiempo recortar la ventaja que sobre él tienen en cuanto a títulos de Grand Slam sus compañeros y rivales, que acumulan 20 frente a sus 17. Un éxito le convertiría en el segundo de la lista de jugadores que más veces han ganado un mismo major. Sumaría nueve en Australia, por detrás de los 13 de Nadal en Roland Garros y por encima de los ocho de Federer en Wimbledon. Medvedev aspira a estrenar su palmarés a los 25 en su segunda final de un major, después de la batalla en la cayó contra Nadal en el US Open 2019. En la Rod Laver Arena, unos 7.400 espectadores presenciarán un duelo entre historia y futuro. Djokovic llega tras vivir en el torneo “una montaña rusa”, como él califica una andadura en la que ha tenido que superar partidos complicados y marcada por una lesión abdominal que a punto estuvo de provocar su retirada en el encuentro de tercera ronda ante Taylor Fritz. El camino de Medvedev fue más estable. Sólo se enredó al perder dos sets contra Filip Krajinovic en un choque que tenía dominado. Por lo demás, pasó por encima de sus rivales, incluido Tsitsipas, y ha estado cuatro horas y 25 minutos menos en pista que el balcánico.

“Es el rival a batir”, dijo este sobre él. “Está jugando con una calidad extremadamente alta y en una racha ganadora de 20 partidos”, argumentó. El de Belgrado no aludió a un dato que es sin duda el que juega más en contra de sus intereses. El bueno de Daniil, un tipo frío como su Moscú natal, aunque vive desde hace tiempo en la cálida Montecarlo, lleva 11 victorias consecutivas ante tenistas top-10, entre ellos Nadal y el mismo Djokovic, a quien ya ha vencido tres veces. No por ello le ha perdido el respeto: “Cuando Novak dice que no le va regalarle nada a nadie, le creo. Me gusta, le aprecio como tenista y como persona. Así que no tomo sus palabras como algo negativo y no las necesito para motivarme, porque la posibilidad de ganar un Grand Slam contra él ya es suficiente motivación. Para hacerlo necesitas mostrar tu mejor tenis y estar en tu mejor forma física y mental tal vez cuatro o cinco horas”.

Número dos

El otro aliciente para el moscovita es ser por primera vez número dos del ranking por delante de Nadal, lo que conseguiría si levanta la copa en Melbourne Park. El uno lo tiene asegurado Djokovic hasta abril, con el récord de 311 semanas virtualmente conseguido (será oficial el 8 de marzo). Nunca ha perdido una final en el primer major del curso (8-0) y acumula con esta 28 entre todos los grandes, como Rafa. Se viene un gran espectáculo, un duelo entre quienes, quizá, son los mejores ejecutores del golpe de revés en la actualidad. Ambos grandes restadores y magníficos sacadores, con una capacidad defensiva sobresaliente y mucha fuerza mental. ¿Quién da más?

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