El partido entre Dominic Thiem y Nick Kyrgios era uno de esos que estaban marcados en rojo en la jornada de hoy en el Open de Australia y las expectativas no defraudaron. Thiem tuvo que luchar contra viento y marea para llevarse la victoria ante Kyrgios por 4-6, 4-6, 6-3, 6-4 y 6-4 en tres horas y 21 minutos de partido.

El partido se le puso muy de cara a un Kyrgios espoleado por el cálido ambiente del John Cain Arena rendido ante el tenista de Canberra y el australiano correspondió rompiendo el saque de Thiem de salida para no ceder con su servicio y ganar el primer set por 6-4. Un guión parecido tuvo la segunda manga, cuando ambos tenistas se mostraron intratables con su saque hasta que en el noveno juego Kyrgios quebró el saque de Thiem para cerrar el set con su servicio por 6-4 y como sólo él sabe: con un saque de cuchara.

Con Kyrgios llevado en volandas, el australiano sufrió un duro revés cuando Thiem le rompió el saque en el segundo juego de la tercera manga. Un hecho que le dio alas al austriaco, que ganó su saque con tres juegos en blanco para cerrar este tercer set por 6-3. En el cuarto juego a Kyrgios le costó sacar adelante su primer saque antes de que ambos se volvieran a mostrar intratables. Sin embargo, en el noveno juego Thiem quebró el saque de Kyrgios para después consolidarlo y ganar esta cuarta manga por 6-4 para forzar el quinto y definitivo set.

El quinto juego empezó con la tónica de los dos anteriores con Kyrgios y Thiem defendiendo con uñas y dientes sus servicios. Pero en el séptimo juego de nuevo volvió a fallar Kyrgios y Thiem hizo valer su experiencia en estas lides para no conceder ninguna ocasión con su saque para cerrar el set y el partido por 6-4 con un espectacular revés paralelo a una mano y citarse con Grigor Dimitrov en octavos de final... pero sin público en las gradas.

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