Carreño pone el piloto automático camino a octavos

Pablo Carreño culminó una jornada redonda para el tenis español en el cuadro masculino del US Open. El asturiano se sumó a Alejandro Davidovich como los dos tenistas nacionales en octavos de final del torneo (mañana se puede meter también Roberto Bautista). Para ello, Carreño fue muy superior en su partido ante el lituano Ricardas Berankis, al que se impuso por 6-4, 6-3 y 6-2. El de Gijón vuelve a los octavos de final del torneo neoyorquino por primera vez desde 2017 (edición en la que llegó a semifinales).

En su segundo partido consecutivo de menos de dos horas (recuperándose de la paliza de la primera jornada, cuando necesitó cinco sets y más de tres horas), Carreño maniató a Berankis de principio a fin. Castigó con dureza el segundo servicio del lituano (sólo 39% de puntos ganados con segundo saque) y se mostró imperial al resto (7 breaks, por 6 juegos al servicio ganados por Berankis). Pese a un comienzo atípico, en el que cedió sus dos primeros saques, Carreño fue capaz de recuperarse y a partir de entonces puso el piloto automático que ya mostró en su último enfrentamiento. Poca historia tuvieron los otros dos sets, en los que el gijonés no perdió nunca la concentración y se mostró muy sólido, eliminando al lituano por segundo año consecutivo (en 2019 lo hizo en segunda ronda).

Espera ya en octavos al ganador del duelo entre Djokovic y Struff. El serbio disputa este viernes su partido de tercera ronda, y de ganar se cruzaría con Carreño, que sigue demostrando ser uno de los jugadores más regulares del circuito: es el cuarto año consecutivo en el que llega a la segunda semana de un Grand Slam. Además, Pablo es uno de los siete tenistas que, en los últimos cuatro años, ha sumado 30 o más victorias y ha finalizado dentro del top-30 cada año (Djokovic, Nadal, Thiem, Zverev, Bautista Agut e Isner son los otros seis). Ahora, Carreño llega a la siguiente fase en un buen momento, demostrando madurez y dispuesto a dar la campanada ante el número uno mundial.