Cuando Federer no pensaba en ser el número 1 del mundo
El tenista suizo ya apuntaba maneras en la temporada 2003, donde a sus 21 años ya logró entrar en el Top-5 del ranking antes de conquistar su primer Wimbledon ese año.
La temporada 2003 fue un año clave en la carrera de Roger Federer. El tenista de Basilea empezó a hacerse un hueco en la élite del tenis mundial ese año tras entrar en el Top-5 del ranking pese a tener tan solo 21 años.
En ese momento Federer no pensaba en ser el número 1, sino en continuar con su progresión en el circuito para mejorar su nivel y, una vez asentado, asaltar el trono del tenis mundial. "Todavía tengo que trabajar muy duro físicamente para alcanzar el nivel que quiero y, afortunadamente, en un par de años, pueda convertirme en el número 1 del mundo. No estoy pensando en eso ahora mismo, pienso más en ser consistente y ser mejor mentalmente", afirmaba en el Masters 1.000 de Roma de 2003, torneo en el que se quedó a las puertas del título tras caer en la final ante el español Félix Mantilla.
Por entonces Federer se sentía muy observado por el público por su talento, aunque el suizo reveló que aún le quedaba por mejorar en muchos aspectos. "Me siento mejor en la pista porque he trabajado duro últimamente. Hace unos años, todos hablaban de mi talento y mi facilidad para golpear. Eso te hace sentir como si tuvieras que hacer golpes milagrosos para complacer al público, pero he parado con eso. Quiero conseguir victorias y no tener ... del torneo cada vez. Conozco los momentos ideales para los golpes correctos y eso es importante para mi juego. He estado en el Top-5 durante seis meses y ahora es un gran paso para mí. Siento que puedo cambiar físicamente y mentalmente, y estoy esperando mi oportunidad". Una oportunidad que le llegaría pocos meses después con la conquista de su primer Wimbledon en el que sería el primero de los 20 Grand Slam que 'Su Majestad' tiene en su palmarés.