La madre de Djokovic sobre la final de Wimbledon: "Creo que es el elegido de Dios"
En una entrevista al diario serbio Blic, Dijana Djokovic repasó los duros momentos por los que pasó su hijo y su familia antes de convertirse en una leyenda del tenis.
Dijana Djokovic repasó en una entrevista con el medio serbio Blic los duros inicios en la carrera de su hijo Novak hasta convertirse en una de las leyendas del tenis. La madre del tenista cuenta en una entrevista cómo su hijo ya destacó en el tenis desde su infancia. "Novak no ha sido como los demás niños desde pequeño. Siempre fue diferente, era más maduro. Le gustaba jugar pero su atención era distinta. Ni en mis mejores sueños imaginaba que fuese un campeón a nivel mundial. Cuando empezó a jugar al tenis, también particaba otros deportes. Ninguno de nosotros había sido tenista. A los seis o siete años, antes de empezar la escuela, le apuntamos en un campamento en Kopaonik con Jelena Gencic en el Partizan Tennis Club. Tras admitirle me dijo: 'no he visto a un niño más talentoso aquí desde Monica Seles'".
La madre de Djokovic reveló los apuros económicos por los que pasó su familia y cómo lograron salir adelante y permitir que 'Nole' se forjase su carrera como tenista a base de préstamos, a veces con un interés muy inflado. "Cuando te levantas por la mañana y no tienes nada para comprar pan o las cosas más básicas para los niños, duele. Estás desesperado porque no sabes cómo resolver algunas cosas. Mi marido recibió dinero prestado de unos y tuvo que devolverlo pidiéndole a otros. No permitió que nadie cargara contra Djokovic y llamó a muchas puertas para encontrar un patrocinador que ayudara a Novak a ir al Open de Australia, a Roland Garros porque era una gran suma de dinero. Al final recibimos ayuda de gente de Israel. No fue fácil. Pasamos muchos nervios durante este periodo, pero así es la vida. Mi marido habló con muchos empresarios serbios para invertir en Novak, no para darle dinero, sino para hacerle un contrato, pero ellos no querían y no hubo reunión. Probablemente hoy estarían ganando millones, es un hecho".
De hecho, Dijana Djokovic cuenta los apuros por los que pasó su marido para conseguir que Djokovic pudiera acudir a las grandes citas del calendario en categorías inferiores. "Fue muy difícil y cuando que es urgente aumenta la tasa de interés. Los intereses que pagamos mensualmente no se pagan en el extranjero anunalmente. Eran cosas anormales pero lo llevamos bien. Teníamos un trabajo en Kopaonik que realicé varios meses al año para poder alimentar a mis hijos y pagar las deudas. Tenía que ser así y cuando sabes que algo va a suceder y tienes una meta, vas a por ella. Recuerdo que cuando Novak fue a Roland Garros junior, varias personas le dejaron de patrocinar en el último momento y Srdjan se preocupó. Y cuando uno de los hombres vio que estábamos en problemas dijo: 'Sería un diez por cierto de interés, pero para ti será 15 porque veo que tienes prisa'. Y finalmente lo aceptamos porque no había tiempo para escuchar la segunda opción porque tenía que viajar al día siguiente. Srdjan se fue al torneo con Djokovic y yo me quedé en casa con dos niños y sin dinero para el pan. Fuimos muy valientes, Si hubiera nacido en otro país habría sido diferente. Aquí no tuvimos apoyo ni ayuda. Esa preocupación repercutió en mi salud".
La madre del tenista serbio también lamentó que su hijo esté tanto tiempo lejos de casa y confesó que le echa de menos. "Lo que quiero es algo que se queda dentro. Me gustaría sentarme, hablar con él, hablar, reír, llorar... Quiero estar con él aunque sea media hora. Mucha gente le rodea. Me gustaría llevarle de la mano y poder irnos los dos a alguna parte".
Djokovic también dice que su hijo ha sufrido varios problemas de salud durante su paso por el circuito. "Novak ha tenido varios problemas de salud. Tenía una desviación en la nariz que le hacía respirar con dificultad y tras operarse se sintió mejor. En 2010 se descubrió que era intolerante al gluten y eso también le hizo pasar apuros y no podía hacer frente al calor en Australia. A veces pensábamos que lo mejor era que parase pero decía 'déjame intentarlo'. En Wimbledon de 2007 jugó cinco días seguidos con el pie dolorido antes de caer ante Nadal en semifinales. Le pusimos vendas por la noche y por la mañana le vi en zapatillas. Le aconsejé que no saliera a jugar pero el quería, así que recibió una inyección contra el dolor. Rompió a Nadal en el primer set 6-2 y no sabía 'dónde está su trasero y dónde esta su cabeza' para buscar ayuda médica en el descanso entre juegos para vendar sus heridas. Novak tuvo que abandonar el combate pese a ir empatando a un set".
Uno de los momentos más duros por los que pasó fue en Wimbledon de 2009, después de que Djokovic se mostrase a favor de apoyar la causa serbia ante la independencia de Kosovo. "Pasé miedo en Londres en 2009, cuando Scotland Yard nos retuvo en casa, porque los grupos albaneses amenazaron a Novak porque apoyó la acción 'Kosovo es Serbia'. Tenía miedo porque estás en casa con Scotland Yard a tu alrededor. Luego, cuando la gente preguntó que por qué perdió con Marat Safin fue porque tenía esta presión. Pero no se habló de eso".
Si hay un momento que también ha marcado a Dijana Djokovic ese fue la derrota de su hijo en la primera ronda de los Juegos Olímpicos de Río 2016. "Las lágrimas de Río son las más duras que ha experimentado. Ese deseo de ganar el oro y tener todas las condiciones, pero algo falló. Tenía el problema del codo y no pudo soportar la presión. Es un niño muy feliz y sus lágrimas no suelen ser duras. Le sorprendió que había decepcionado a la gente y que no le había ido bien. A veces me suelo enojar en casa o en la pista".
Djokovic también lo pasó muy mal en la final de Wimbledon del año pasado, donde su hijo se impuso en una agónica final a Roger Federer, por el que Dijana Djokovic no muestra mucha simpatía. "Wimbledon fue el partido más difícil para mí este año. En la pista donde todos aplauden a Federer, un puñado aplaudíamos a Djokovic. No es conveniente decir si Federer u otras personas me molestan, pero creo que sí, porque es un poco arrogante".
También confesó el fervor religioso que tienen tanto ella como su hijo y cree que Dios ayudó a Novak a ganar aquella final. "En el momento en el que Federer tenía dos bolas de partido, cogí mi cruz del río Don, el amuleto que me salva en momentos difíciles, y me dije: 'Nole, puedes hacerlo, ya lo hiciste dos veces, puedes hacerlo una tercera', y lo hizo. Dios le salvó. Siempre llevo la cruz y soy creyente. Novak también lo es, cree en Dios y creo que es su elegido. Lleva una cruz de Hilandar y eso le da paz en sí mismo y felicidad. Reza por la mañana, por la tarde o cuando lo necesita. Una vez estuvo con su padre y sus hermanos durante tres días en Hilandar y eso le ha ayudado mucho".