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Nadal vuelve a ser la pesadilla de la NextGen ante Kecmanovic

La victoria de Nadal ante Kecmanovic (20 años) es su 20ª contra sub-21, por sólo tres derrotas, desde que existe el ranking de jóvenes (2016). Su rival en cuartos, Kwon (22).

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Nadal es una pesadilla para los jóvenes que intentan abrirse paso en el circuito. En realidad lo es para casi todos sus rivales, pero el balear se ha ensañado desde el principio con ese grupo. Este miércoles, en Acapulco, Rafa ganó al serbio Miomir Kecmanovic (20 años) por 6-2 y 7-5 en un partido que empezó pasadas las 23:00, hora local, y que duró 96 minutos. Así sumó su 20ª victoria contra estrellas emergentes desde que existe el ranking de jugadores menores de 21 (2016), el de la famosa y promocionada NextGen. Y se clasificó para los cuartos de final, donde no le esperaba Lajovic, sino el coreano Soonwoo Kwon (22 y 76º del mundo), que sorprendió al paisano de Kecmanovic, 8º cabeza de serie. Se medirá con él este jueves otra vez en sesión nocturna, sobre las 05:00 de la madrugada hora española, claro (Movistar Deportes). El objetivo de recuperar el número uno, aunque para él no es prioritario, sigue ahí. Depende, eso sí, de lo que haga Djokovic un Dubái. Si el líder del ranking gana a Khachanov, se mantendrá una semana más en el trono.

Volvamos al historial de Nadal contra jóvenes. En cuatro cursos y lo que va del quinto sólo ha perdido tres veces contra alguno de ellos (Coric en 2016, Shapovalov en 2017 y Tsitsipas en 2018). Se ha llevado por delante a gente como Zverev, Chung, Rublev, Donaldson, Tiafoe, De Miñaur y Auger-Aliassime… también a Tsitsipas y Shapovalov en otras ocasiones. Quizá como él fue un muchacho insolente que sí ganaba a los veteranos, conoce bien a estos aspirantes y no les da ni agua. Kecmanovic, finalista del US Open júnior en 2016 y que esta temporada ha alcanzado dos semifinales (Doha y Nueva York), fue otra víctima del saber estar del ganador de 19 Grand Slams.

Nadal tardó ocho minutos en tomarle la medida a Kecmanovic, los que duró el primer juego del partido. En ese cara a cara inicial, Rafa puso a prueba la frágil paciencia del chaval. A partir de ahí no le dio opción. Mucho mejor al resto que con el saque, perdonó el rosco como si quisiera tener una deferencia con su primerizo rival. Fue entonces cuando el chico, más serio que un juez, aprovechó la relajación del número dos para recuperar uno de los quiebres de desventaja y, de paso, algo de confianza. Aunque, lastrado por su mejorable servicio (0/7 con primeros), Miomir encajó un tercer break que le dio el primer set a Nadal.

La segunda manga fue más ordenada que la primera. Kecmanovic espabiló y salvó sus saques. Se vino arriba, vaya. El juego de Nadal se hizo un poco más previsible, pero de vez en cuando se sacó de la chistera algún pase tremendo, como el que pegó para responder a un remate y que provocó la carcajada de su entrenador, Carlos Moyá. Fue la antesala de la cuarta rotura del manacorí que, en un cierre un tanto enredado, con un quinto break abrochó la victoria y se fue para la ducha empapado otra vez por culpa de la alta humedad (83%) de la costa oeste mexicana. La seguirá sufriendo camino, quién sabe, si de su tercer título allí.