Muguruza remonta tras un rosco con sensación de fiebre
Garbiñe Muguruza pudo con la estadounidense Shelby Rogers, que le había endosado un 6-0 en el primer set, después de que le tomaran la tensión y la temperatura en la pista.
Todo apuntaba a un batacazo inevitable de Garbiñe Muguruza en la primera ronda del Open de Australia (como le ocurrió el año pasado en Wimbledon y el US Open) después de que su rival, Shelby Rogers le hubiera endosado un rosco en el primer set, después de que con 5-0 en contra la española tuviera que pedir tiempo muerto médico para que le tomaran la tensión y la temperatura. Venía de abandonar en Hobart antes de jugar en cuartos por culpa de un virus que le provocó fiebre y le impidió seguir compitiendo. Garbiñe, aún convaleciente, tomó un medicamento que le revitalizó y a partir de ahí, después de perder sin remisión la primera manga, todo cambio para ella. Con un juego inteligente, cambiando direcciones y alturas para mover a su pegadora adversaria, ganó terreno hasta hacerse dueña de un partido que ganó por 0-6, 6-1 y 6-1 en 1h:34. Ahora, tras vivir un pequeño calvario, tendrá la oportunidad de descansar para enfrentarse en segunda ronda a la australiana Tomljanovic, que ganó con autoridad a la letona Sevastova (doble 6-1).
Rogers, con una contundente constitución física, perdió la oportunidad de someter a una rival que ya le había ganado hace dos semanas en Shenzhen. Con el paso de los minutos, la estadounidense, que venía de jugar una dura fase previa, se desfondó. Garbiñe, abrigada con una camiseta de manga larga, tomó confianza y barrió de la pista a Shelby, que sólo sumó un juego más en lo quedaba de partido y vio como le venía de vuelta el rosco inicial. En lo que va de año, a Muguruza se le han visto intención y ganas de competir. No se dio por vencida en un partido duro contra Jabeur en Hobart. En China había remontado ante Xinyu Wang y Diyas.
Y contra Rogers, más de lo mismo. Su actitud es muy buena y a poco que la salud le acompañe, puede hacer las cosas incluso mejor. Hay que tener paciencia, pero junto a Conchita Martínez parece haber retomado el camino de la paciencia, el buen hacer y el control de las emociones. La aragonesa se dio golpes en el pecho mientras su discípula sonreía incrédula en la pista al celebrar su victoria. Ojalá lleguen más.
"No jugué con fiebre, aunque no me siento bien"
"Aquí la ventaja que tenemos es que contamos con un día de descanso entre partido y partido, por lo que estoy intentando darme el máximo tiempo posible. Estoy un poco mejor que en Hobart, quería jugar partidos y allí jugué con fiebre. Los últimos días aquí han sido difíciles porque no he podido prepararme como me hubiera gustado. Pero he luchado para remontar y ganar. Con 5-0 fue un momento complicado, llamé al médico porque no me sentía bien pero me dije que estaba jugando el Open de Australia y no quedaba otra que luchar. He hecho una buena pretemporada, pero he tenido mala suerte al ponerme enferma", dijo Garbiñe, que reconoció que no jugó con fiebre, aunque se sentía mal. Sobre su actitud en partidos como este, con remontada incluida, dijo que lo mejor es que ahora puede jugarlos. "Antes no los tenía porque por unas cosas u otras no encadenaba muchas victorias seguidas. Ahora puedo jugar a tres sets y he podido ganar los más duros. Estoy contenta por estar en esa situación".