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WIMBLEDON

Nadal también vuela en hierba

Nadal barrió a Sousa en una hora y 45 minutos para sumar su victoria 70 sobre hierba y pasar a cuartos igualando su mayor paliza en el torneo. Su rival: Querrey.

Wimbledon
Nadal también vuela en hierba
NIC BOTHMAEFE

Plenamente adaptado, casi como si estuviera en Roland Garros, Rafa Nadal avanza imparable en Wimbledon sobre una superficie, la hierba, en la que también vuela el balear cuando el físico le acompaña y el talento hace el resto. En este Lunes Loco del Grand Slam británico, el balear pasó por encima de Joao Sousa, buen amigo suyo del que no se apiadó para ganar por un triple 6-2 en sólo una hora y 45 minutos, su partido más corto en esta edición en el que iguala la mayor paliza suya en el torneo (6-1, 6-3 y 6-2 a Millman en la primera ronda de 2017). Fue la victoria 70 del número dos del mundo en el pasto, como dicen los argentinos, y con ella se metió en cuartos del torneo por séptima vez. Su rival será un estadounidense: Querrey, que ganó a su compatriota Sandgren por 6-4, 6-7 (7), 7-6 (3) y 7-6 (5).

Nadal volvió a sacar de maravilla, se movió con una rapidez tremenda y golpeó la pelota con una fuerza descomunal, en la dirección que quiso y con precisión quirúrgica (10 errores no forzados). En la red también estuvo felino. Sousa arrancó timorato y lo pagó, pero cuando quiso envalentonarse, tampoco pudo hacer nada más allá de perder con dignidad y evitar humillantes roscos. Se diría incluso que el español levantó el pie del acelerador en algunas ocasiones para no hacer demasiada sangre.

En el primer set, Nadal sólo perdió cinco puntos al servicio; en el segundo aún mejoró ese registro al ceder únicamente dos y ganar el 100% con segundos saques y en el tercero se tomó un 'respiró' y dejó escapar seis (13 en total). No restó tan bien como ante Tsonga, no le hizo falta para imponer su ritmo. Aunque se tomó el partido muy a pecho. Tanto el drive como el revés cruzado le corrieron a placer, todos los mecanismos le funcionaron con una perfección intimidatoria para sus rivales. No parece tener freno hasta que llegué la alta montaña con Federer y quien sabe si Djokovic.