Adiós a los maratones en Wimbledon: desempate en el último set desde el 12-12

En la edición de Wimbledon de 2019 no veremos partidos maratonianos como el que enfrentó a John Isner y Nicolas Mahut en 2010, con victoria del estadounidense en el quinto set por 70-68 tras 11 horas de encuentro, o las semifinales del año pasado entre Kevin Anderson y el propio Isner, con victoria del sudafricano también en el quinto set por 26-24 tras 6 horas y 36 minutos de duración.

El pasado mes de octubre la organización del torneo decidió adoptar la medida de introducir el tie-break cuando el resultado en el quinto set sea de 12-12. De esta forma, los encuentros se decidirán como en cualquier tie-break normal, llevándose la victoria el tenista que logra siete minibreaks o más puntos con diferencia de dos.

Wimbledon ha sido uno de los tres Grand Slam en anunciar la medida para evitar maratones en el último set. Sin embargo, lo ha hecho de forma diferente a los otros dos Grand Slam que también han tomado esta medida. El US Open tiene el mismo formato de tie-break que el que propone Wimbledon con la diferencia de que este desempate tradicional se juega cuando el marcador marcha 6-6 en el quinto set.

Más diferente es el formato de tie-break del Open de Australia. Al igual que en el US Open este desempate se celebra cuando el partido marcha 6-6 en el quinto set, con la diferencia de que en lugar de jugarse un desempate tradicional se juega un super tie-break en el que el tenista que alcance primero los 10 minibreaks se lleva el partido. Pablo Carreño sufrió este año el cambio del nuevo formato ante Kei Nishikori en octavos de final del torneo.

De momento Roland Garros permanece como el único Grand Slam que aún no ha implementado el tie-break para decidir el ganador en el quinto set. Pese a que varias voces han pedido el desempate en la quinta y decisiva manga aún se mantiene que el ganador del partido tiene que llevarse el set por dos juegos de diferencia cuando se sobrepase el 6-6.