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TENIS

Los fondos de inversión llegan al tenis con Ferrero

Un grupo destinará medio millón de euros anuales a financiar la carrera de talentos seleccionados por la Academia Equelite a cambio de ganancias futuras.

Madrid
Juan Carlos Ferrero, con uno de los alumnos.
Equelite

Los fondos de inversión, sociedades de capital riesgo, llevan años operando ya en el fútbol. Por ejemplo, gigantes como Doyen o Quality Sports son propietarios de derechos de jugadores y financian los fichajes de estos por clubes a cambio de porcentajes de futuros traspasos. Ahora, los fondos llegan al tenis de la mano de Juan Carlos Ferrero. Su academia Equelite ha llegado a un acuerdo con uno, relacionado con el mundo del deporte y la plataforma de detección de talentos Scoutim, que invertirá hasta medio millón de euros por año para financiar el programa anual de competición que ofrece el centro, en Villena (Alicante), a tenistas con proyección.

“Financiar una carrera de un jugador bueno puede ascender a 60.000 o 70.000 euros al año entre técnico, desplazamientos, preparador físico, centro de entrenamiento... Es lo que costaba becar a un tenista en el Centro de Alto Rendimiento de San Cugat”, explica Antonio Martínez Cascales, impulsor de Equelite y entrenador de Ferrero durante toda su carrera. El tenis se ha convertido, para la base, en un deporte carísimo si hay ambición y expectativas de poder dar el salto a los circuitos profesionales ATP y WTA.

“Entre los inversores y el equipo de la Academia se tratará de captar a algún jugador joven que pensemos que puede tirar hacia arriba”, prosigue Cascales. A cambio, los tenistas cederán, mediante contratos particulares, derechos de imagen a futuro y un porcentaje de los premios. Para el fondo está el peligro de que el jugador no progrese y pierda el dinero de su apuesta.

Por eso, se afinará en la selección, que se realizará a través de la plataforma Scoutim.com. Un sistema por el que los tenistas suben sus vídeos, que reciben votos de aficionados de todo el mundo y que, al final, son cribados por la Academia en la que se entrenan Pablo Carreño, el reciente finalista del Abierto de Australia júnior Emilio Nava (EE UU), o la gran esperanza del tenis español Carlos Alcaraz. Equelite ya se sirvió de Scoutim para becar a 20 jugadores júnior que realizaron semanas de formación intensiva el pasado verano.

Lo que se busca son jugadores entre 16 y 18 años que estén ya entre los 100 mejores júnior del mundo o los 800 primeros de la ATP y WTA. De entre 18 y 20 en el Top 490 de ambos circuitos o entre 20 y 24 años Top 320 ATP y WTA. Así, promesas con proyección pero con una barrera económica podrán luchar por llegar arriba a cambio de ‘hipotecar’ parte de su éxito futuro.