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COPA DAVIS

España, ante el gran imposible: nunca ha remontado un 2-0

“No se nos podía dar peor”. Así resumió Sergi Bruguera la primera jornada de la semifinal. Hoy, Feliciano y Granollers no pueden fallar.

Actualizado a
 Roberto Bautista intentó hacer de Nadal y vendió cara su piel en cinco sets. Sergi Bruguera sufrió desde el banquillo.
AFP

España necesita un milagro. Convocar a la épica y a una suerte que no ha tenido para remontar un 2-0 a Francia en las semifinales de Davis en Lille. Misión que parece imposible. En la vieja competición, que da sus últimas bocanadas antes de la irrupción de Piqué, nunca ha volteado ese resultado desde la creación del Grupo Mundial en 1981. Primero Rafa Nadal, comprometido para volver a conquistar la Ensaladera, se cayó de la lista por la maldita rodilla. El hombre que casi aseguraba dos puntos no estaba, y la presión pasaba a Francia. Pero la supo manejar. Primero, Pablo Carreño se rompió ante Benoit Paire, que acabó arrollándole (7-5, 6-1 y 6-0). Después, Roberto Bautista luchó pero murió orgulloso en la orilla de un quinto set: 3-6, 7-6 (5), 6-4, 2-6 y 6-4 en 3h:40 contra Lucas Pouille.

“No se nos podía dar peor”, se lamentó lacónico Sergi Bruguera. Hoy, con el dobles (14:00, TDP), la campeona podría certificar su pase a una final de la que ya está cerca Croacia (2-0 a EE UU), que sería visitante en Francia o España.

Abismo. Ante unos 12.000 aficionados en un Stade Pierre­-Mauroy para 26.000, Pablo Carreño tuvo a Benoit Paire asomado al precipicio. Con tres bolas de set en el primer parcial para colocarse arriba y darle un empujoncito que acabara despertando los demonios que lleva dentro. Y quien acabó despeñándose fue él. Perdió ese parcial (7-5), notó un pinchazo en el aductor que le había obligado a retirarse del US Open, se hundió y sólo ganó un juego en los dos siguientes. La apuesta de Yannick Noah por hacer debutar al volcánico Paire resultó.

Después, Carreño se autodescartó para el resto de la serie. “Seguramente no podré jugar. Será difícil recuperar en un día...”, deslizó. De alargarse la contienda, el repescado Albert Ramos (55º y que viene de encadenar siete derrotas seguidas en ATP) o Feliciano López tendrían que salir.

Roberto Bautista (26º) no dejó que los malos augurios le afectaran ante Lucas Pouille, el hombre con mejor ranking (19º) y héroe de Francia en la final del año pasado ante Bélgica. Con la derecha afilada, el de Castellón salió en tromba: 6-3. En la segunda manga se aferró a la pista anti-Nadal de bote bajo, que sin embargo no le viene mal a él. Salvó cinco bolas de set con 5-4 y otras tres en el desempate, pero se lo adjudicó Pouille. En el tercero, espabiló y se situó 3-0, sobrevino un bajón y acabó entregando la manga a la vez que Noah se golpeaba el pecho y su líder aullaba.

Pero Bautista quería hacer de Nadal. Concentradísimo, se llevó el cuarto set perfecto al saque. Tenía la victoria en su mirada, pero en la manga final Paire le rompió para 5-4 y, pese a salvar dos pelotas de partido y disponer de bola de rotura, la moneda cayó del lado francés. “Aprovechamos la suerte de la baja de Nadal”, reconoció Noah. El 2-0 campea en Lille y amenaza con un cierre rápido. Y cruel.