Serena Williams, a por su 24º grande de nuevo contra Kerber

Después de marcharse lesionada de Roland Garros, su primer Grand Slam desde el Open de Australia de 2017, pocos imaginaban que Serena Williams jugaría la final de Wimbledon y que llegaría a ella con tanta facilidad. Pero la estadounidense, quizá la mejor jugadora de todos los tiempos, lo ha conseguido tras vencer este jueves a la alemana Julia Goerges en dos sets: 6-2 y 6-4 en 70 minutos.

Serena, madre primeriza y muy atenta con su hija de diez meses Alexis Olympia, se ha puesto en disposición de ganar por octava vez el torneo británico, con lo que adelantaría a Steffi Graf (7), y sumar así 24 grandes para igualar la mejor marca de siempre que tiene la legendaria y polémica Margaret Court. Lo intentará en su décima final sobre la hierba del All England Tennis Club, y contra la misma rival a la que ganó en la de 2016, Angelique Kerber.

Ante la compatriota de su próxima contrincante, Williams hizo un partido muy sobrio, con solo siete errores no forzados y un 87% de puntos con primeros servicios, una estadística que le ha reportado muchos éxitos en lo que va de campeonato, por la dificultad que han tenido sus oponentes para restar sus saques. La americana controló siempre a Goerges, quizás un poco abrumada por la importancia de la ocasión y por el carisma de quien tenía enfrente. De hecho, la teutona solo pudo romperle una vez el saque a Serena, cuando el partido estaba casi decidido con 5-3 al resto. Fue nadar para morir en la orilla, porque un contrabreak le dio el triunfo a la exnúmero uno del mundo.

"Es una motivación increíble"

"Era muy inesperado que todo me fuera también aquí. Definitivamente, no es normal para mí estar en la final de Wimbledon. Para mí esto es una motivación increíble para el resto de mi carrera", reconoció tras el partido Serena, que habló de su oponente en la final:. "Kerber es una gran jugadora en hierba y ya nos enfrentamos aquí hace dos años".