Bombazo: Anderson remonta y derriba a Federer en la pista 1
El suizo, fuera de la Central tres años después por las quejas de Djokovic, no pudo con el saque de Anderson (28 aces), que salvó un match ball y jugará en semifinales contra Isner.
Roger Federer no ha podido responder al primer reto verdaderamente complicado que se le presentaba en esta edición de WImbledon. En la pista 1, fuera de la Central por primera vez en tres años gracias a las quejas de Djokovic ("Rafa y Roger llevan cuatro partidos en la Central y yo solo uno"), el vigente campeón tenía que lidiar en cuartos de final con un cañonero como Kevin Anderson, que había sumado 105 saques directos durante el torneo, algunos a 225 km/h. Y al principio lo hizo con un clínic gratuito de cómo restar en un primer set de un desempeño excelso por su parte, en el que solo perdió un punto con su servicio. Luego el partido se le complicó y mucho, y su infinita clase no fue suficiente para resolver en la última manga. No jugaba una aquí desde las semifinales de 2016, cuando cayó contra Raonic, otro sacador. La misma receta que le sentó mal a Nadal el año pasado cuando perdió ante Gilles Muller en parecidas circunstancias.
Anderson, magnífico, remontó para ganar por 2-6, 6-7 (5), 7-5, 6-4 y 13-11 en 4h:14, y será el que juegue por primera vez las semifinales del Grand Slam británico. Lo hará contra el estadounidense John Isner, que venció precisamente a Raonic por 6-7 (5), 7-6 (7), 6-4 y 6-3. En este campeonato, el favorito número uno no había perdido ni un parcial y llegó a enlazar 34 sobre la hierba del All England Tennis Club antes de que Anderson le robará el tercero de su duelo. Se quedó a uno de superar el récord que él mismo acumuló entre la tercera ronda de 2005 y la final de 2006. El último que le había ganado una manga fue Raonic, en las citadas semifinales de hace dos años.
Anderson (28 aces) estuvo muy bravo. De menos a más, lo intentó todo y se animó con el orgullo de hacerle el primer break en WImbledon a Federer desde que Berdych le ganara el octavo juego del primer set en las semifinales del año pasado. La racha de juegos ganados con su saque se quedó en 85. Fue al inicio del segundo parcial, cuando el sudafricano llegó a tomar una ventaja de 3-0 que no supo administrar. En el tie-break tenía las de perder ante una leyenda con nervios de acero. En el tercero, tras salvar un punto de partido en el décimo juego, sí que aprovechó la posibilidad de robarle un set al suizo: tras break para el 6-5 a favor y turno para servir, no falló. En el cuarto repitió rotura, esta vez para 3-4 y saque. Aguantó y llegó muy vivo al quinto. Increíble, pero cierto.
El físico le acompañó más a él (32 años) que al campeonísimo Federer (casi 37). Abrió mucho lo ángulos de sus golpes y el Genio de Basilea, que apenas había necesitado esforzarse hasta este encuentro, tuvo que trabajar de verdad. Después de tener contra las cuerdas a Anderson (punto de break para el 5-3), se vio abocado a un largo epílogo que recordó al de la final que le ganó en 2009 a Roddick y que acabó en 16-14. Con las fuerzas justas en ambos lados de una pista peligrosa por el desgaste, Anderson soportó la presión de sacar siempre yendo por detrás en el marcador y aprovechó el primer match ball que tuvo para cerrar su victoria más importante.