Roland Garros claudica: tendrá cubierta y luz artificial
El único Grand Slam sin solución para la lluvia y la noche se moderniza. La Philippe Chatrier tendrá un techo retráctil en 2020 y la 'Plaza de toros' se derriba.
Roland Garros ha permanecido fiel a las tradiciones del tenis, un deporte concebido para jugar al aire libre y de día, durante más de 127 años, pero ya no puede resistirse más a los cambios del deporte y la sociedad. Podría decirse que el Grand Slam parisino ha claudicado con un proyecto para modernizar sus instalaciones, cuyos resultados empiezan a vislumbrarse ya en esta edición. Incluye un aspecto clave que servirá para poner freno a los dos peores enemigos que ha tenido a lo largo de la historia: la lluvia y la oscuridad.
En 2020 se espera que esté terminado en nuevo estadio Philippe Chatrier, que se construirá sobre los restos de la demolición al 80% de la actual pista central y que tendrá una cubierta retráctil que permitirá que se disputen partidos bajo techo cuando llueva o se haga de noche. “Modernizarnos es crucial para la imagen del deporte francés, de París y de Francia”, dice el extenista Guy Forget, director de Roland Garros, que cree que “preservará su encanto”.
Las obras de todo el recinto comenzaron en 2016 y ya pueden verse los primeros resultados: el nuevo Village (espacio para patrocinadores y eventos) con las estrenadas pistas 7 y 9 enfrente; el Fondo de los Príncipes con otra cancha inédita, la 18, para 2.200 espectadores; el estadio Simonne Mathieu, en construcción y que se estrenará en 2019 con 5.000 asientos, como los añadidos en la Suzanne Lenglen. Además, se ha respetado la voluntad de los vecinos de Boulogne Villancourt, que se oponían a la destrucción de los invernaderos Formigé y los jardines d’Auteuil. La zona, restaurada, se abrirá al público. La financiación corre al 99% a cuenta de los ingresos del evento, 300 millones de euros anuales.
La idea es que la primera fase de renovación de la Philippe Chatrier comience a finales de este año con la destrucción de las tribunas, que serán reconstruidas a principios de 2019. Quedará lista para la próxima edición del grande parisino y en una segunda fase se colocará la cubierta que se cerrará en 12 minutos y que los espectadores podrán ver ya en 2020. Así se evitarán las suspensiones de partidos por culpa de la lluvia o de la oscuridad por los imprevisibles retrasos. Este año ya ha llovido dos días y se espera que haya más precipitaciones en la semana y media que queda.
Uno de los jugadores que ha padecido este año por culpa del agua es Rafa Nadal, estandarte del torneo, cuyo partido contra Bolelli fue aplazado el lunes. Celebra el cambio: “Es necesario, porque en todos los Grand Slams hay pistas cubiertas, así que Roland Garros hace lo correcto y les felicito. El estadio va a ser muy bonito. Será espectacular”.