Rafa Nadal arrolló a Zverev y alentó la remontada
Derrotó al número cuatro del mundo en tres sets y encadena 24 victorias seguidas en la Davis. Ferrer completó la faena tras batir a Kohlschreiber.
Rafa Nadal sigue siendo invencible en la tierra de la Davis. El número uno del mundo arrolló a Alexander Zverev, aspirante a recoger el cetro del tenis en el futuro, en la Plaza de Toros de Valencia (6-1, 6-4 y 6-4 en 2h:16), puso el 2-2 en los cuartos de final contra Alemania y dejó abierta la puerta a la remontada para pisar las semifinales seis años después. David Ferrer certificó el pase.
Jugó largo Nadal y tiró de piernas. Despejó de un plumazo cualquier sombra de depresión por la derrota en cinco sets del dobles el viernes. Ya solo su presencia encendió el coso de la calle Xàtiva, rendido al ídolo. Cantaba el speaker los títulos del balear, las cuatro Copas Davis en su esportón, y la grada rugía. El peso del escenario y el peso del currículum del número uno, además del juego largo y unas piernas poderosas pese a llevar dos meses y medio lesionado, acabaron enterrando las opciones del alemán de 20 años que ya es cuarto del mundo y que había pasado por encima de Ferrer.
Llegó el break en el segundo juego del primer set y llegó el primer “¡Vamos!” de Nadal. Puño cerrado. Venas a punto de estallar. Puro fuego. Pulsaciones a mil. Con calorcito en Valencia (20 grados y por fin sol). Y con la pista perfecta para que fuera variando alturas y doblando los 198 centímetros del talento de Hamburgo de origen ruso, que elevó saques a 220 km/h. “¡Let’s go!”, rugía Zverev antes de que le cayera otra rotura y apareciera el 6-1.
En la segunda manga, Nadal rompió de entrada y Zverev, que venía lanzado de la final de Miami aunque con el hándicap de la adaptación a la tierra, se revolvió y puso el 1-1. No se arredró el español, que sacó manotazos, drives profundos y acabo quebrando en el quinto juego. Logró el 6-4 y ya, desesperado, el niño prodigio tiró la raqueta al suelo. Acabó con 57 errores no forzados. Sintomático.
Tocaba controlar y machacar. Sin dejar que el alemán se creciera, aplastado por el muro que levanta Nadal en la arcilla. Sólo dudó cuando sacnado con 4-1 perdió su servivio. El español lleva ya 24 victorias seguidas en la competición (entre individual y dobles), ampliando su récord y mirando por el retrovisor a todos. A Zverev, el futuro, le domina 4-0 en el cara a cara. Nadal, el ogro de la tierra y de la Davis.