Carreño barre a Johnson y Verdasco para a Kokkinakis: habrá un español en cuartos
El gijonés solo necesitó 75 minutos para meterse en octavos con un doble 6-4 y se enfrentará al madrileño, que tiró de garra y veteranía para llevarse un duelo bronco por 3-6, 6-4 y 7-6 (4).
Fantástica victoria de Pablo Carreño en la tercera ronda del Miami Open. El gijonés, que tardó 45 minutos en ganar a Denis Istomin en su debut en este Masters 1.000 el pasado sábado, solo ha necesitado este lunes media hora más para dar buena cuenta de Steve Johnson (doble 6-4 en 77') y meterse en octavos de final. Se medirá con Fernando Verdasco, que tiró de garra y veteranía para frenar al joven australiano que eliminó a Federer, Thanasi Kokkinakis, por 3-6, 6-4 y 7-6 (4).
Carreño había perdido en su único enfrentamiento contra Johnson (28 años y 54 del mundo) en Auckland 2015. No había ganado ni un partido en Miami en sus cuatro anteriores comparecencias y este año ya suma dos victorias. "He jugado muy bien, con mucha confianza. Conseguir por fin un triunfo aquí me vino muy bien", dijo el español tras el partido. Un partido en el que mostró muchos más recursos que el estadounidense.
Buenos porcentajes de saque (78% de puntos ganados con primeros), grandes restos tanto de revés como de derechas, dejadas oportunas y un balance muy equilibrado entre golpes ganadores y errores no forzados (18-17). Esa fue la receta ganadora de Carreño, que rompió una vez el saque de su rival en el primer set (para el 3-2) y dos veces en el segundo (2-1 y 5-4). Solo perdió el suyo en una ocasión, cuando dominaba 4-2 en al segunda manga, y desesperó a Johnson con golpes precisos y potentes que en ocasiones este no vio venir. Al americano le lastró un pobre 45% de acierto en sus primeros servicios. Carreño quiere volver al top-10 y en Crandon Park parece haber recuperado sus mejores sensaciones.
Verdasco se agranda ante Kokkinakis
Fernando Verdasco llegaba avisado a su duelo intergeneracional. Sus 34 años, gran parte de ellos de experiencia en el tenis, contra los 21 del ejecutor de Federer, el que dejó al suizo sin el número uno y se lo devolvió a Nadal. "Es muy peligroso", decía el madrileño de un chico que no goza de las simpatías de muchos de sus compañeros (que se lo digan a Wawrinka y a su novia, Donna Vekic, por aquella provocación en la que le involucró Kyrgios). Y eso se notó en la pista.
Verdasco, muy enfadado con el aussie y con un espectador que resultó ser el padre de este, no paró de quejarse desde el segundo set y profirió algunas lindezas contra ellos. "Me has tocado los huevos", por ejemplo. Kokkinakis no se quedó callado cuando el español pidió al juez de silla la expulsión de su progenitor por hablar (según Fernando) frecuentemente entre el primer y el segundo servicio. "Es mi puto padre", chilló a su rival, que desconocía el parentesco. El árbitro intentó poner paz mientras encajaba las críticas de Verdasco. Tras una primera manga que se le escapó, este había celebrado con un alarido tremendo el punto que le daba el 1-1, una magnífica derecha. Esa demostración pareció intimidar a Kokkinakis, porque su juego, descarado y potente, decayó.