COPA DAVIS | ESPAÑA-GRAN BRETAÑA

Bruguera: "Acabé saturado; pero hice las paces y disfruto"

El doble campeón de Roland Garros (47 años) estuvo cuatro años jugando al fútbol cuando se retiró. En 2013 volvió junto a Gasquet y debuta como capitán.

Sergi Bruguera y el capitán británico, Leon Smith.
MARIANO POZO
Jesús Mínguez
Nació en Guadalajara en 1973. Licenciado en Periodismo por la Complutense. En AS desde el año 2000, es redactor jefe de Más Deporte. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos y unos Paralímpicos, Grand Slams de tenis, Davis, Laureus, candidaturas olímpicas, política, dopaje o grandes combates de boxeo. Le gusta escribir de deporte y también practicarlo.
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Sergi Bruguera (47 años) ganó Roland Garros en 1993 y 1994 y llegó a ser número tres del mundo. Cuando colgó la raqueta, se esfumó en 2002. Con 14 títulos y 21 finales, entre ellas otra en el Grand Slam parisino, se alejó del circuito. Volvió en 2013 como técnico de Richard Gasquet, y ahora debuta como capitán de Copa Davis. Contó a As sus sensaciones.

-Debuta en casa frente a Gran Bretaña, una ayuda importante.

-¡Sin duda! Estás mucho más cómodo, eliges la superficie, hace mucho.

-Viene del Abierto de Australia. ¿Se percibe un interés de los jugadores por la sexta Ensaladera?

-Todos están ilusionados por jugarla. Pero de momento no pensamos en más allá.

-¿Y Rafa Nadal?

-Seguro que estará en futuras eliminatorias. Tiene muchas ganas de volver a jugar la Davis y ganarla, pero no estaba bien recuperado todavía de la rodilla y decidimos que esperaríamos a la siguiente. Su predisposición es máxima.

-En Marbella tiene a los cinco mejores por ranking excepto a él. Un lujo difícil de ver últimamente.

-Sí. He tenido mucha suerte. Del primero al último querían venir y sólo tuve que escoger a cinco.

-¿Cómo valora la baja de Kyle Edmund?

-Era su jugador más en forma. Lo dicen las semifinales de Australia. Tiene un grandísimo potencial y juega muy bien en tierra. Pero no hay rival pequeño. Su sustituto viene de hacer semifinales en un challenger y en la Davis la gente se crece mucho cuando no tiene nada que perder. Ese es un punto a su favor.

-No pudo ganar la Davis como jugador. ¿Qué sería ganarla como capitán?

-Me sacaría una espina porque me hubiese hecho mucha ilusión tenerla. Ahora se me da la oportunidad de competir por ella de otro modo y me encantaría ganarla.

-¿Qué recuerdos tiene de la Davis?

-Buenos. Siempre que me llamaron, acudí. A México, Corea... donde tocara defender. Me gustaba.

-¿Es de los que cree que la Davis da más a un jugador de lo que le quita?

-La Davis te aporta mucho. Es una experiencia brutal de la que se aprende mucho y se coge una experiencia que no te la da el ATP Tour.

-Tal y como está montado el circuito, ¿entiende que se produzcan renuncias?

-Sí. Es una competición que gusta, pero los calendarios, los cambios de superficie, el jet-lag... es difícil. Para nadie es grato venir de Australia y ponerse en menos de una semana a jugar en tierra.

-¿Qué se puede hacer? ¿Rebajar a tres sets puede ser la solución?

-Estaría bien. Cinco sets con la presión de la Davis produce agotamiento. Competir a tres sets sería bueno para atraer a los grandes jugadores.

-Los Bruguera ya son una saga en la capitanía...

-Sí, mi padre Luis ya lo fue y eso lo hace especial. Recuerdo haber ido a verlo a Valencia contra Alemania y verle en la silla.

-¿Qué sello quiere dejar como capitán?

-Sólo quiero intentar ayudar a sacar la mejor versión de unos jugadores que ya son grandísimos. Me gustaría que estuvieran orgullosos de mí.

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-Al retirarse se alejó del tenis. ¿Qué ocurrió? Hasta 2013 no volvió como técnico de Richard Gasquet.

-Acabé muy saturado y cuando lo dejé, desaparecí y estuve cuatro años jugando al fútbol (en un equipo modesto). Luego volvió el gusanillo, hice las paces, comencé en el sénior tour y ahora disfruto muchísimo. Son muchas horas y mucha presión y yo necesité más tiempo de lo normal para recuperarme mentalmente.

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