Nadal da un recital a Del Potro y jugará por su 16º Grand Slam
Nadal - Schwartzman en directo: US Open 2019, hoy, en vivo
La leyenda de Rafa Nadal no tiene fin. Su hambre de gloria no se agota y esa cualidad tan singular le convierte en lo que es, el mejor jugador de tenis de la historia junto con Roger Federer. Esta noche ha remontado para aplastar con furia a Juan Martín del Potro (4-6, 6-0, 6-3 y 6-2) y mañana disputará contra Kevin Anderson su 23ª final de Grand Slam en busca de un 16º título con el que se pondría a tres del Genio de Basilea. Si lo hace será sin duda el rey del año, con dos trofeos grandes (Roland Garros y US Open), otros tres menores (Montecarlo, Barcelona y Madrid) y tres finales (Australia, Acapulco y Miami), dos más que el suizo, campeón en Melbourne y Wimbledon.
Viendo el resultado podría decirse que la victoria de Nadal resultó más o menos fácil, pero ni mucho menos lo fue. Del Potro sacó a relucir su famosa derecha (se dice que es la mejor del circuito) e hizo daño al balear. A cualquier otro jugador de naturaleza menos indomable le hubiera destrozado. Advertido del peligro, Rafael buscó con excesivo descaro el revés del argentino, pero no consiguió frenarle con suficiente frecuencia como para evitar que le ganara el primer set con una rotura de saque en el quinto juego.
El partido parecía abocado a una batalla larga y dura, pero Delpo se vino abajo completamente, con una mezcla de aparente agotamiento y cierta inmovilidad más propia de la indolencia que del cansancio. Luego aclaró que todo había sido “mérito de Nadal”. Y es que el español reaccionó, se creció y aumentó su producción de golpes ganadores en una racha de nueve juegos consecutivos que le sirvieron para ganar la segunda manga con un rosco, el segundo que le hace al de Tandil en 14 enfrentamientos (el anterior fue en Miami 2007), y adelantarse 3-0 en la tercera. “Al principio busqué su revés con demasiada insistencia. Necesitaba un cambio, moverle más para ser más impredecible. Lo hice y funcionó”, reconoció Nadal aún a pie de pista. Del Potro intentó capear el temporal pero, fallón y sin energía, solo pudo retrasar un poco la inevitable victoria de su rival, que se aceleró exponencialmente en un último set más cómodo para él.
El partido, pese al bajón de Juan Martín, no defraudó a los 23.000 espectadores que abarrotaron el Arthur Ashe. Tiger Woods, visiblemente recuperado en el palco del manacorí, y Robert Redford, en las gradas entre otros famosos, disfrutaron del espectáculo. Y Manolo Santana y Miguel Díaz, presidente de la RFET, presenciaron con orgullo un nuevo capítulo de la inagotable leyenda de Nadal. Mañana (22:00), le espera un hueso duro de roer, el sudafricano Anderson, que acabó con el sueño de Pablo Carreño.