Rafa Nadal podrá llevarse por fin a casa el trofeo de Roland Garros y no una copia reducida como en las nueve anteriores ocasiones. Tras conquistar por décima vez la Copa de los Mosqueteros, la organización del torneo, con su director Guy Forget a la cabeza, ha decidido entregarle al balear una réplica exacta en tamaño natural para que la tenga en propiedad. Será la primera vez en la historia que un tenista se queda con el trofeo de París. Se la entregó su tío Toni, quien, completamente emocionado, se subió al podio con su sobrino. El año próximo, dejará la dirección técnica en manos de Carlos Moyá. "Sin él, ningún trofeo hubiera sido posible", le agradeció Rafa.
En todos los grandes torneos, los ganadores posan con los trofeos el día de la final y a la mañana siguiente en la sesión fotográfica protocolaria, pero después solo se llevan una pequeña reproducción de unos pocos centímetros.