Rafa Nadal mostró dos caras en su regreso a la tierra

La falta de partidos, de ritmo, de sensaciones, se radiografía en el primer set. Rafa Nadal, que disputa su primer partido en tierra del año en un Río Open en el que defiende título, quiebra tres veces el servicio de Thomaz Bellucci pero lo entrega otras dos, algo inusual, para llevarse el parcial por 6-4. Y al final el partido con un 6-1 en la segunda manga. Primer escalón salvado con altibajos (el jueves le esperan Carreño o Berlocq), pero salvado.

El rey de la tierra, que en el Jockey Club aspira a igualar los 46 títulos sobre tierra de Guillermo Vilas, busca en la arcilla la redención, otra resurrección tras una segunda mitad de 2014 aciaga marcada por lesiones en muñeca, espalda y una apendicitis y un inicio de curso 2015 con el bagaje de una derrota en primera ronda en Doha y los cuartos de final en Australia. Su primera piedra de toque fue Bellucci, el hombre que mandó a España a Segunda en la Davis el pasado septiembre. Un jugador frío que ocupa el 64º puesto de la ATP –llegó a ser 21º en 2010 pero ha ido perdiendo lustre- que no supo crecerse ante su público.

Nadal necesitó 54 minutos para sacudirse el polvo que se acumula por la falta de partidos y confianza. Los que duró el primer set en el que cometió 11 errores no forzados y ofreció ocho bolas de break al brasileño, que aprovechó dos ya caída la noche en la ciudad olímpica, impregnada de humedad y con la pista pesada.

En la segunda manga, con Bellucci desmadejado y sin fe, sí apareció el Nadal determinante. Rápido de desplazamientos y de cabeza. El jugador que cuando cierra la puerta no vuelve a abrirla. Un 3-0 inicial con dos breaks le dio seguridad y voló a la victoria. Salió su cara buena. En la segunda ronda no le acompañará Almagro (4-6, 6-3 y 6-4 con Cuevas), pero sí Andújar (3-6, 6-0 y 6-3 a Lorenzi), Montañés (4-6, 6-4 y 6-0 a González) y Ferrer (6-4 y 6-3 a Gimeno-Traver). Llegó la tierra. Llegaron los terrícolas.