MASTERS 1000 CINCINNATI

Nadal jugará la final ante Isner y será el 2º del mundo si vence

Derrotó a Berdych (7-5, 7-6) en un partido muy duro y hoy buscará su noveno título del año y el 26ª Masters 1.000 de su carrera desde las 18:15 (La 1).

MATTHEW STOCKMANAFP

Rafa Nadal disputará este domingo la final del Masters 1.000 de Cincinnati ante John Isner (18:15, La 1). Lo hará después de derrotar en las semifinales al checo Tomas Berdych, que puso en dificultades al español, pero que acabó sucumbiendo en dos sets con el de Manacor (7-5 y 7-6). Un triunfo que deja a Rafa Nadal a un partido de ganar su noveno título del 2013, su 26º Masters 1.000 de su carrera y colocarse como nuevo número dos del mundo.

Berdych mostró desde el principio que su tenis sobrio no iba a dejar resquicios. Nadal, por su parte, también se apoyaba en saques muy certeros (5 aces en la primera manga). Con esta seguridad por parte de ambos, no se vio una bola de break hasta el undécimo juego. Y fue tras una anecdótica jugada que pareció desquiciar al hasta ahora impasible Berdych. Un saque de éste que superó a Rafa fue reclamado por el español, pidiendo el ojo de halcón, que certificó la fina vista de Nadal y la invalidez del punto. Rafa, con tres bolas de break, no perdió ocasión de matar el set con su saque (7-5).

En el segundo set cambió el escenario. La seguridad en el servicio ya no era tanta. Rafa empezó a tener problemas con las dobles faltas (hasta 6 en esta manga) y en el sexto juego el checo se apuntó un break que Rafa le devolvió inmediatamente en el siguiente, haciendo gala de su fortaleza mental. Y aún pudo hacerle más daño si hubiera logrado imponerse en un disputado undécimo juego, que tras siete minutos cayó del lado de Berdych (5-6). Todo se solucionaría en el tie-break.

Y ahí Nadal no falló. Consciente de lo que le había costado forzar la muerte súbita, se mostró sobrio con el saque y rocoso en el resto. Eso, y una doble falta del checo, dejó a Nadal con tres bolas de partido. La segunda, con saque para Rafa, fue la definitiva. Berdych dejó muestras de su rabia pidiendo en ese último suspiro el ojo de halcón, ese que le había desquiciado en el primer set, buscando el milagro, pero la tecnología dictó punto, set, partido y final para Rafa Nadal.

 

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