¿Y ahora qué?
Hemos vuelto a lo nuestro y pocas cosas han cambiado. Un Atlético en Champions, un Elche en barrena y cada vez con menos opciones de remontar el vuelo, un Rayo al estilo Fulham y un Betis y Athletic que siguen en vuelo recto y nivelado manteniéndose en puestos europeos.
Y, por supuesto, ha vuelto la Premier, que en aquella cumbre de Doha de 2015, cuando FIFA informó a las ligas que el Mundial se aplazaba al invierno, no dieron su brazo a torcer con el Boxing Day. El Mundial debía de finalizar a tiempo para que los encuentros que estaban programados para el día después de Navidad pudieran llevarse a cabo. No se trata solo de una tradición, es el día clave de las ventas de derechos de televisión, cuando todos los espectadores están sentados en sus sillones y quieren usar las tarjetas regalo de sus familiares en productos que ven por la tele. No sería Navidad sin el Boxing Day.
A priori, la Premier League no tiene por qué preocuparse. Inglaterra llegó a cuartos y solo tres de sus futbolistas jugaron la final: Raphael Varane, Hugo Lloris y Konaté que entró como suplente. Bueno, el Arsenal sí que está un poco agobiado, que ha perdido a Gabriel Jesus por unos meses, y solo tiene a Nketiah para cubrir su perfil y al Manchester City pisándole los talones.
La mayoría de las otras grandes ligas han dado a sus jugadores un poco más de descanso. La Serie A no regresa hasta principios de enero, la Bundesliga volverá casi en febrero sin Lucas Hernández. España y Francia acaban de empezar.
LaLiga contó con varios jugadores que llegaron a la final y que participaron activamente como De Paul, Nahuel, Griezmann, Koundé y Tchouameni. De hecho, el Atlético de Madrid y el Bayern de MÚnich son los equipos que más jugadores aportaron a la final (4), seguidos por Paris Saint-Germain, Real Madrid, Sevilla y Juventus (3).
Ahora sí vamos a comprobar qué impacto físico y emocional va a tener en las ligas y en la Champions un Mundial “peligroso” a mitad de temporada. A partir de los 2.500 minutos jugados el riesgo de lesión aumenta. Si no se vuelve al mismo nivel, puede aparecer la frustración. Además, todos necesitan desconectar, unos porque no alcanzaron las expectativas creadas, otros porque no fueron y tienen ansias de volver a competir y los demás porque han triunfado y tienen que liberarse de tanta adrenalina. Por eso, recuperar rutinas, les aportará control y les ayudará a enfocarse en una nueva liga con igual o más exigencia que el Mundial.
En Qatar, muchos cuerpos técnicos se han dado cuenta que se puede compensar el déficit de calidad con táctica, disciplina y sufrimiento. Empezaremos a ver cómo lo aplican cuando vayan acumulando horas de vuelo. El fútbol es muy de dinámicas y este tiempo muerto les va a beneficiar o fastidiar no solo en los campeonatos domésticos, sobre todo en las rondas de la Liga de Campeones, donde una baja importante de quince días puede marcar la diferencia entre una buena temporada y el fracaso.
¿Habrá una clara ventaja para aquellos equipos que tuvieron menos representantes en la Copa del Mundo? ¿Aprovecharán su frescura Haaland, Salah y compañía para derribar defensas cansadas y triunfar en Champions? We´ll see porque las rebajas empiezan ya.