Xavi respira hondo antes del parón

Es muy posible que Xavi llegase al descanso del partido contra el Alavés en su peor momento desde que es entrenador del Barça. El 0-1, que pudo ser 0-3 si Samu Omorodion hubiese estado fino; y su errático planteamiento le hubieran dejado en una posición muy débil en el parón si el partido hubiese acabado así, más después de la derrota en el Clásico, los tumbos en Donosti y el esperpento de Hamburgo contra el Shakthar. Dos semanas de parón en Can Barça a siete puntos del Girona y cinco del Madrid se hubieran hecho larguísimas, especialmente advirtiendo que algunos directivos, según informaron los compañeros de SER Catalunya, se habían atrevido a decir después de la derrota en la Champions: “¡Menos mal que no ha venido el presidente!”. (Laporta tiene en este momento prohibido volar por recomendación médica).

Laporta debía andar caliente al descanso. Xavi tocó la tecla correcta y pudo arreglar el circo. Cancelo, que no pintaba nada en el centro del campo, recuperó su posición en el lateral. Pedri, que había sido una máquina de perder balones en la primera parte porque no tiene todavía la chispa para moverse cerca del área, jugó mejor a las tres cartas en una posición más cómoda y retrasada. Araújo le ganó el uno contra uno a Omorodion y, sin ser ninguna maravilla, por lo menos se ordenó con lógica en el campo y encontró a Lewandowski. El polaco está lejos de sus mejores años de fútbol, pero sus dos goles, como el día del Celta, voltearon un partido que se le había puesto feo al Barça y que podía haber tenido consecuencias gruesas en la institución. Xavi salvó un set-ball y respiró hondo antes del parón.

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