Xabi se merece tiempo

Xabi Alonso llegó al Real Madrid en loor de multitudes. Sus éxitos en el Leverkusen campeón fueron su mejor aval. El problema llega cuando, para desacreditar a lo que había y que por cierto había ganado todo, se empezó a hablar de lo mucho, bueno y novedoso que el mediocentro iba a hacer en el Real Madrid. Es la maquinaria del fútbol actual, la que forman aficionados, periodistas y otros que se dedican a analizar el fútbol y que han adquirido cierta relevancia social, con amplio negocio a sus espaldas.

El técnico, discreto como pocos, se mantuvo en un prudente y respetuoso silencio durante mucho tiempo. Intuía cuál era su futuro, pero lo único que hizo fue respetar al que todavía estaba al frente del equipo. De hecho, una de las primeras cosas que hizo al llegar al Real Madrid fue a hablar con Ancelotti sobre lo que había y no había.

Seis meses después, lo que eran alabanzas se han vuelto críticas y, aunque Alonso ya conocía lo que era el Real Madrid, todo es muy diferente cuando uno es entrenador, tal y como dicen los que han transitado por ese camino.

Xabi no engañó a nadie. Solo prometió trabajo e intentar hacer las cosas bien, pero las expectativas generadas externamente están siendo su peor enemigo. Los dirigentes, como siempre pasa en el mundo del fútbol, tienen antes el tamiz continuo de los resultados y ahora esos no están acompañando al Real Madrid. Esa es una realidad, como también que los futbolistas no están haciendo todo lo que está en su mano o al menos eso es lo que dejan ver con su actitud en determinados momentos.

Ahora es el momento de mirar al Xabi entrenador y que él demuestre que puede dar la vuelta a una situación complicada, pero ya saben que los momentos más duros, el entrenador suele estar solo. Por eso mismo tiene que aparecer el técnico que llevó al Leverkusen a lo más alto. Nada más.

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