Xabi Alonso ya tiene la fórmula
Fue una victoria catedralicia. Para el Madrid, el asunto trascendía a la victoria que tenía que lograr sí o sí. Se trataba también de convencer.


Cada partido es un mundo en el fútbol, cambiante como pocas cosas. El Madrid volteó de cabo a rabo sus malas sensaciones con una actuación más que notable en Bilbao. Si su desplome reciente se debía atribuir a una idea de juego errática, su crecida contra el Athletic responde exclusivamente a un planteamiento certero de Xabi Alonso. Habrá que ver lo que depara el futuro, pero puede que el entrenador blanco haya encontrado la fórmula adecuada hacia el éxito. Se vio de largo al mejor Madrid de la temporada.
En un equipo al que le faltan innumerables pasos por dar, Xabi Alonso estableció un sistema y una propuesta que le pueden generar réditos importantes. Ante un Athletic cabizbajo, como todo el curso, incapaz de reconocerse a sí mismo, el Madrid se mostró muy superior en todos los registros. Xabi ordenó una salida de tres para desactivar la presión de Valverde. Camavinga y Tchouameni retrasaban su posición, con Trent y Carreras bien abiertos. La velocidad de juego aumentó, así como la energía, y disfrutó de espacios ante el desaguisado táctico del Athletic, que no sabía cómo rebatirle. Camavinga ocupó campo, pero también tuvo influencia en la posesión. Y Bellingham, más atado en zonas interiores, ganó peso. Sabía qué tenía que hacer, y eso ayudó al inglés.
Bajo esa estructura, Mbappé y Vinicius jugaron arriba. El brasileño brilló por dentro, explotando sus cualidades en el hueco abierto entre central y lateral. Por su parte, Mbappé desarboló a la zaga con sus desmarques y conducciones. Tuvo una tarde pletórica. Entre ambos aprovecharon la verticalidad y profundidad del fútbol blanco, con Trent luciendo su notable golpeo de pelota hasta que cayó lesionado. Lekue, Vivian y Laporte fueron desbordados una y otra vez.
El Madrid atacó mejor, situación que también favoreció a su rendimiento defensivo. Normalmente, todo va ligado. Al tener mayor control de la escena, se produce un efecto inmediato en la presión alta y repliegue. Así el Madrid, con ese 1-4-4-2, se protegió con mayor coordinación y no se venció del todo si Vinicius o Mbappé descuidaban ese primer empujón defensivo. Además, todo es más fácil con Militao y Rüdiger como centrales. La realidad, pese al ruido, se suele imponer.
Fue una victoria catedralicia. Para el Madrid, el asunto trascendía a la imprescindible victoria que tenía que lograr. Se trataba también de convencer, de desarrollar su potencial y reafirmarse ante todos. En un contexto propicio por la forma de jugar del Athletic, se asentó y jugó la clase de partido que se le debe exigir. Otras cotas y escenarios donde le esperen serán pruebas más indicativas de su mejoría, pero en Bilbao se acreditó con una receta que le puede ser muy útil. Obra, esta vez, de Xabi Alonso.
Presencia ofensiva

Noticias relacionadas
Ataque largo del Madrid que hunde al Athletic y le permite cargar el área con muchos jugadores. La aparición liberada de Trent por la derecha proyecta la jugada, acabada con el gol de Camavinga.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí




Rellene su nombre y apellidos para comentar