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Vinicius y Kim contrarrestan a Tuchel

En la vieja Copa de Europa, solo el Bayern resiste la comparación con el Madrid. Dos gigantes que se asemejan y reivindican su jerarquía y tradición para imponerse sobre el resto. Sobre esa categoría mueven sus aspiraciones, aguardan su momento y golpean antes de preguntar. Así sucedió. Cuando peor estaba el Madrid, se adelantó. Cuando más sufría el Bayern, fue capaz de darle la vuelta. Ambos atestiguan como nadie la misteriosa condición del fútbol. También extraña resultó la puesta en escena del Madrid, acogotado por el volumen por dentro y por fuera del Bayern. Tchouameni no llegaba a ningún lado, Kane y Müller aparecían entre líneas y Sané picaba al espacio. Sin embargo, ese Bayern vigoroso en ataque pecó de falta de puntería y rápidamente enseñó su debilidad en campo propio. Fue coger los mandos Kroos y cambiar el panorama. Kim se reveló como la pieza más frágil al no entender nunca cómo defender las rupturas de Vinicius. El brasileño le citaba y corría a su espalda para poner al Bayern contra las cuerdas. Con Bellingham otra vez en un tono menor, Vinicius asumió la responsabilidad del que se sabe mejor que todos.

En cierto modo, se esperaba que el Madrid pudiera agrandar la herida en las transiciones. El inicio del segundo tiempo correspondió a esta idea, pero Tuchel ya había apelado a la reacción con sus modificaciones. Tuvo una intervención destacada. Quitar a Goretzka, cojo sin espacios, ya fue un acierto, pero todavía lo fue más intercambiar las bandas de Musiala y Sané. Se entiende que de primeras prefirió que jugaran a pie natural con el pretexto de hundir al Madrid. Sin embargo, los dos son mucho mejores a banda cambiada. En un momento viraron el marcador con sus diagonales hacia el interior. Kane tampoco estuvo sujeto nunca pese a Rüdiger. Y con Tchouameni como central la cosa fue a peor. El Madrid no se repuso del todo y sufrió en el balón parado, aunque las entradas de Modric y Brahim suavizaron la inquietud. El empate, con todo, seguía en las imprudencias posicionales de Kim. Vinicius lo conocía y el Madrid se sirvió de esa realidad para equilibrar una eliminatoria que se antoja grandiosa.

El perfil liberado

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El Bayern es un equipo experto en girar el juego rápido al lado débil. Así explotó las posiciones abiertas de Sané y Musiala en la segunda parte. El Madrid tendrá que ajustar en la vuelta esta debilidad.

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