¿Vinicius o Ronaldos?
Sin entrenador. Brasil va para tres décadas sin conquistar el Mundial y las razones son varias y diversas, pero fundamentalmente tienen que ver con la falta de calidad en el banquillo y de aura sobre el césped. De los técnicos brasileños recientes a los sueños imposibles de Ancelotti o Guardiola hay un abismo. Aquel famoso anuncio de Brasil con sus estrellas haciendo malabares en un aeropuerto, sin necesidad de saber quién era su seleccionador, lo ejemplificaba bien: un conglomerado rutilante de jugadores sin igual, manejados desde el talento y la inspiración, a los que había que dar un balón y esperar a que demostraran lo inmensamente mejores que eran sobre el resto. Lo lograron muchas veces y la mayoría sin jugar bien. El lema Jogo bonito fue un invento del marketing más que una certeza. Ganaban porque eran mejores, no porque jugaran mejor.
Sin sentimiento. Anclados en esa mitología, desde hace ya años los brasileños se creen más de lo que son y ven al resto como menos de lo que deberían. Han caído en la soberbia hasta convertir a su selección en un equipo vulnerable, eliminado por Colombia, Croacia, Bélgica y Perú en torneos recientes. A esto hay que añadir la cada vez mayor urgencia con la que sus talentos pisan Europa. Lo que antes era un Ronaldo en el PSV a los 17 años es ahora un baby boom de jóvenes brasileños por cualquier rincón de las grandes ligas. Ganan muchos millones rápido, pero pierden con demasiada ligereza el sentimiento de pertenencia por su selección.
Sin foco. Tras la goleada en Argentina, un exportero brasileño, Neto, dio en la diana al comparar a sus compatriotas con los eternos rivales argentinos. “Los brasileños piensan más en la Champions que en el Mundial, algo que en Argentina es imposible”. Tiene toda la razón. Se puede ser un mito del país sin una Champions como lo fue Ronaldo y también lo contrario, ser el mejor en Europa y estar eternamente señalado en Brasil. Es más, mientras Paredes le reprochó sobre el césped a Rodrygo que tiene un Mundial y él ninguno, Vinicius respondió que ellos tienen dos Champions y Paredes ninguna. La pregunta es: ¿qué demonios le importa eso a un brasileño? Efectivamente, nada.
Hoy descubrimos a... Nick Woltemade (2002). A la Sub-21 española le pasó un tren por encima en el último amistoso en Alemania. Este potente y a la vez afilado delantero está sorprendiendo en el Stuttgart y en las inferiores germanas. La Premier ya está detrás de él. En breve habrá millonada por él.
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