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Vinicius es más activo que problema

Vinicius es más activo que problema
Associated Press/LaPresse
Luis Nieto
Director adjunto. Licenciado en CC de la Información por la U. Complutense y máster en Transformación Digital y Estratégica (EOI), inició su carrera en el Diario Ya. Trabajó El Independiente y Diario 16. Llegó a AS en 1996. Ha ejercido las funciones de jefe de fútbol, redactor jefe, subdirector, director de la página web y director de Información.
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Estrella. La situación de Vinicius, la figura del Madrid en Atenas, es cuestión de perspectiva. Puede mirársele, sin caer en el error, como un problema incorregible o como un activo indispensable. Y el club y Xabi, que también es el club, han hecho política de empresa: echar tierra sobre la ofensa y perimetrar el incendio. El Madrid necesita a un jugador diferencial, aun reconociendo que su carácter conflictivo entra en el pack. Y también es estratégico renovarle antes de que le falte un año de contrato para asegurarse de que, en el peor de los casos, no saldrá gratis un futbolista cuyo valor es de 150 millones, el quinto más alto del mercado mundial.

El entrenador. Preguntadas las partes, hay coincidencia en la voluntad de alargar el vínculo y en asegurar que la distancia para el acuerdo es corta. Pero también es cierto que la avanzadísima negociación quedó congelada súbitamente el pasado invierno y que por el camino se han cruzado dos factores relevantes: Mbappé y Xabi Alonso. La llegada del primero hizo sentirse a Vinicius príncipe destronado. Lluvia sobre mojado, porque aquel jugador feliz que llegó al Madrid con 18 años ha ido atormentándose por sus polémicas con los árbitros, los intolerables insultos racistas recibidos y la cobra de France Football con el Balón de Oro.

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La disciplina. Lo de Xabi provoca aún más distorsión. Vinicius venía de la era Ancelotti, que era incapaz de salir a la calle sin él. Lo jugaba todo y solo era sustituido en minutos residuales. El nuevo técnico trae una idea diferente. Lo que para él es un reparto racional de esfuerzos para Vinicius es una pérdida de protagonismo insoportable, más cuando la rotación no aplica para Mbappé, más cuando Rodrygo está seco. La cosa llegó a estar al borde del él o yo. Aplicarle el reglamento de régimen interno o reprocharle en público su falta de respeto a quien debe tenerlo de todo el vestuario era romper la baraja. Y el Madrid quiere seguir jugando sin perder la mano.

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