Vingegaard replica a Pogacar

Jonas Vingegaard fue votado el año pasado el cuarto ciclista del mundo por un jurado en los premios Vélo d’Or, la Bicicleta de Oro, el equivalente al Balón de Oro del fútbol. Que el campeón del Tour de Francia ni siquiera entrara en el podio de los mejores de 2022 es bastante sintomático sobre el camino por el que transita el ciclismo moderno. El cajón lo ocuparon Remco Evenepoel, que ni siquiera ha debutado en la Grande Boucle ni tiene previsto hacerlo, Wout van Aert y Tadej Pogacar. Personalmente, creo que ganar el Tour debe darte un plus, pero las nuevas generaciones de ciclistas y aficionados circulan por otras rutas. En el caso de Vingegaard, ni siquiera le sirvió derrotar en París al campeón de las dos ediciones anteriores, al corredor que lidera esta época, Pogacar. Una de las razones esgrimidas para no catapultarle más alto es que apenas se asomó a otras competiciones, mientras que Evenepoel, Van Aert o Pogacar lucen durante todo el calendario.

El danés del Jumbo ha querido cerrar pronto ese debate y ha arrasado en su primera aparición de la temporada, al ganar las tres etapas disputadas y la general de O Gran Camiño, cuatro victorias que pudieron haber sido una más si no se hubiera cancelado la primera jornada por la nieve. De paso, Vingegaard replica en la distancia a su máximo rival, Pogacar, que la semana anterior conquistó tres etapas y la general de la Vuelta a Andalucía, además de la Clásica de Jaén, un total de cinco triunfos. El ciclismo de hoy es así. Ya no existen los entrenamientos con dorsal, como en los tiempos de LeMond, Indurain, Ullrich, Pantani, Armstrong... Y los grandes líderes no entienden de carreras menores. El próximo domingo, Vingegaard y Pogacar coincidirán en la París-Niza. Un mini-Tour en marzo. Ya no hay que esperar a julio.