Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

Victoria de campeonato

Ocho goles en dos partidos.

Marcarle un gol al Atlético de Madrid es un parto. Y más en su casa. Es el mejor equipo como local y Oblak es el más firme candidato a hacer historia y ganar su sexto Trofeo Zamora, algo que es una barbaridad. Pues bien, el Barça, sin hacer ni mucho menos su mejor partido y con jugadores muy lejos de su mejor forma logró marcarle cuatro goles al Atlético. Segunda vez consecutiva que lo hacen los de Flick y además después de remontar un partido que perdían 2-0. Una victoria de campeonato que deja al Barcelona, como avanzó el Cholo, camino del éxito. El equipo blaugrana, con un partido pendiente, lidera la clasificación empatado a puntos con el Real Madrid y le saca cuatro al Atlético, ante el que Flick pudo sacarse la espina finalmente ante el equipo colchonero, al que no había podido doblegar pese a jugar mucho mejor de lo que hizo ayer.

Avisados estaban.

Es increíble como sabiendo los errores que uno ha cometido, pueden repetirse como si fuera el día de la marmota. Flick, el conserje del vestuario y el que limpia las botas en Sant Joan Despí sabían perfectamente que, como dijo el entrenador blaugrana, “los detalles cuentan ante el Atlético, especialmente al inicio y al final de cada parte”. Esta vez, el Barcelona hizo una parte del trabajo bien. De salida el Barça fue mejor y no encajó, pero en el último minuto de la primera parte se produjo lo que todo el mundo sabía: La desconexión defensiva y el gol a la contra de los del Cholo. No era sólo el gol, era la sensación de ser tonto.

Casadó y la tripa de De Jong.

A De Jong le pilló un dolor de barriga inoportuno que le impidió jugar, pero no ir mañana con su selección. Se encontraba mal y sólo le faltó una tarjeta de sus padres a Flick excusando a su hijo de no ir al cole. En su lugar salió Casadó, al que otra vez el partido le vino enorme.

Sin Wifi.

Al Barça le pasa en ciertos partidos lo que nos pasa a las personas que nos vamos haciendo mayores, por no decir viejos. Tenemos un concepto, un nombre o un lugar con el que estamos familiarizados y en el momento de verbalizarlo no nos sale. Una amiga define este estado mental diciendo que “se me ha ido el Wifi”. Luego vuelve. En la primera parte al Barcelona se le fue la cobertura de manera general. En la segunda, como nos pasa a la gente de cierta edad, la cobertura vuelve y ya te acuerdas de hablar fluido. Eso le pasó al Barça cuando peor lo pasaba. Perdía 2-0 y no se veía manera de meter mano al equipo del Cholo que vivía su resurrección tras la golfada del miércoles. Pero si naciste pa martillo, del cielo te caen los clavos, que decía Rubén Blades

‘The Old Man’.

Y los clavos fueron primero Lewandowski, jugador que puede ponerte de los nervios durante 70 minutos y luego saca el instinto de Jeff Bridges en la genial serie ‘The Old Man’ y demuestre que, a pesar de los años, es una máquina de matar. Marcó un gol clave que respondía de inmediato al de Sorloth que suponía el 2-0. El segundo clavo fue Ferran Torres, que es el Correa del Barcelona. Si el Atlético tiene a un elemento agitador en los minutos finales, atentos a la producción del valenciano. Descomunal. Y el tercer clavo es la maravilla de Lamine Yamal. Un jugador al que le gusta Madrid. Cada vez que va a la capital deja huella.

Recta final.

Ahora llega el parón de selecciones, que según cómo acabe el parte de bajas puede condicionar la recta final del campeonato. Para empezar, nada más volver, Atlético y Barcelona se enfrentarán de nuevo. En un partido que puede volver a valer un campeonato. El Atlético ya está avisado que el rival va a ir a meterle cuatro. Esa es la filosofía de un Barça que aspira a todo.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí

Normas