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Vicky López, la maravilla ya está aquí

Apenas 20 minutos le bastaron a Vicky López para demostrar en la Selección española absoluta las cualidades que la convierten en una futbolista especial, adelantada a su edad en todos los capítulos, menos en el aspecto físico. Su rostro mantiene un aire adolescente, coronado por la llamarada de su pelo, que le identifica inmediatamente en el campo. Tiene 17 años y debutó en la semifinal de la Liga de las Naciones, contra Países Bajos, cuando el marcador pintaba bien (2-0), pero el partido amenazaba un cambio drástico. España perseguía la pelota en lugar de gobernarla. Un buen momento, en cualquier caso, para medir la respuesta de la mayor estrella juvenil que ha producido el fútbol español.

Pequeña y liviana –mide 1,61-, la precocidad de Vicky López se ha visto acreditada con casi todos los títulos posibles, tanto en el panorama internacional como en el nacional. Campeona del mundo Sub-17 en 2022, fue elegida mejor jugadora del torneo. Debutó en el Barça con 16 años y un mes (había debutado en la Liga F con 15 años con el Madrid CFF) y su progresión es imparable, confirmada en la Selección con el debut frente a Países Bajos. Hoy, en la final de la Liga de las Naciones, figurará entre las suplentes del equipo que se medirá con Francia, un rival con el que tiene una cuenta pendiente.

El pasado año, la selección francesa Sub-17, integrada por una mayoría de futbolistas muy potentes, derrotó a España en la final del Europeo. Esta noche, en Sevilla, la Selección española llegará acreditada como campeona del mundo. Que el mejor equipo del planeta reclame a Vicky López, una jugadora de 17 años, revela la confianza en su indiscutible talento.

Natural de Madrid, hija de padre español y madre nigeriana, Vicky, como Salma Paralluelo, representa la nueva realidad demográfica de España, cuyo deporte cada vez se nutre más de representantes de origen africano, de Europa del Este, Sudamérica y, en menor cantidad, del oriente asiático. En el fútbol esta corriente se observa tanto en las competiciones femeninas como masculinas. Gente como Nico Williams, Balde, Lamine Yamal, Salma Paralluelo y Vicky López definen un modelo de integración que sólo choca con las voces más cazurras y destempladas de nuestra sociedad.

Vicky es una nueva maravilla del fútbol. Se dice que el mejor perfume se guarda en frasco pequeño. Si es verdad, Vicky López es la respuesta perfecta a esa teoría. Juega con una propiedad cautivadora. Deseas que la pelota pase por ella porque sabrá añadir un toque de distinción al control, el pase, los regates, la conducción. Es ligera y elegante, siempre parece bien perfilada, transmite sensación de completa seguridad en lo que hace, juega fácil o se marca una virguería, según convenga, encuentra soluciones ingeniosas y nunca da la impresión de sentirse superada, ni por el partido, ni por el equipo rival.

En un mundo perfecto, Vicky López completaría un tándem sensacional con Aitana Bonmatí, un Iniesta-Xavi para el futuro que se avecina en la Selección. Su despegue ya se ha producido. Merece la pena asistir a su recorrido, que se promete magnífico porque apariciones del calibre de Vicky López son tan escasas como deslumbrantes.

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